III.Vaya vaya, miren que tenemos aquí.

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Oh santa mierda.

La banda estaba aquí. En mi universidad. En mi misma ciudad. En mi mismo perímetro. Ay dios santo, iba a morir de un infarto.

No es que yo sea fanática de esa banda pero mi amiga sí (en realidad fue porque le dieron las entradas gratis en un sorteo, dos días antes se la paso viendo los vídeoclip, entrevistas a los participantes de la banda, investigando como una enamorada psicópata, etc)y no tenía ni puta idea de porque estaban allí.
A pesar de ello, trate de actuar lo más normal posible. Seguí caminando por el pequeño camino hacia la entrada de uni y una vez dentro, fui primero al salón en el cual debía estar la siguiente hora. En las últimas dos clases el profesor no había venido y teníamos clases virtuales, aunque no lo sabíamos hasta que veníamos a su salón en su hora. Así que tuve que ir de todos modos, a averiguar qué diablos tenía que hacer.

Luego de ir y preguntar, efectivamente está clase tampoco vendría. Así que solté un suspiro ahogada y dejé mi mochila en la silla en la que usualmente me sentaba y fui a la biblioteca. De camino le avisé a Jan que iba allí.

Pero deberían ir acostumbrándose que las cosas no me salen como lo planeo. El meme de Drake representaba toda mi vida "a veces planeas una cosa y te sale otra completamente diferente" . Ese capítulo debería ser dedicado para mí, de hecho los creadores debieron pensar en mí y dijeron "que tal si nos reímos de Fran un rato? Aparte haremos una buena fortuna."

Fue por eso que, cuando estaba caminando por el pasillo con la mirada en la pantalla del celular, no pude leer el cartel que decía que el suelo estaba húmedo, que acababan de limpiar y había unos restos de agua aún. En mi defensa, siempre hay restos de agua porque nunca los sacan bien. Entonces pise mal, no leí, me moví mal y apenas reaccioné, ya que me fui de boca al piso. Cabe destacar que yo no iba muy lento caminando, tenía ansias por saber esos secretos sabrosos, según Jan.
Si no fuera porque en ese momento me agarraron de los hombros, probablemente ya no tendría cabeza y ni siquiera te estaría contando esto. Pero tampoco fue de gran ayuda esas manos, porque su dueño también perdió el control y se estrelló contra mi cuerpo. Un dolorcito se hizo presente pero no tuve mucho tiempo para quejarme. De un momento a otra estaba tendida en el suelo, con el agua escurriendo debajo mío.

Y con una persona sobre mí, respirando de manera agitada contra mi oído. No tuve tiempo de asimilar, ya que actúe por instinto y empuje con fuerza a quién fuera que estaba sobre mí.

Hubo un ruido seco detrás mío, seguido de un silencio extenso.

Que fue roto por esa ronca e inconfundible voz.

-Eso fue...rudo, Fran.

Giré la cabeza cuando escuchaba mi nombre y me encontré con un rostro cubierto.

-¿Y a ti que te importa?

La chica, tirada boca arriba en el suelo, me sonrió. O eso creo, porque sus ojos se achinaron y el resto de su rostro iba cubierto.

-Eres un amor.

-Y tú una entrometida. ¿Acaso también deseas burlarte de como casi me muero por culpa de los auxiliares que no sacaron bien al agua?

Dije que tan rápido las palabras, que creí que no entendería nada pero lo entendió.
La chica se puso de pie en un salto, la imite. Traía una tranquilidad que me dejó inquieta.

-Ya veo porque no sales mucho-me dijo en un tono burlón.

Arrugue las cejas, aún más inquieta.

-¿Qué diablos te pasa? ¿Acaso tú?

Y se sacó el pañuelo que tenía atado al rostro. Esa belleza inconfundible quedó al aire libre y me tragué mis palabras. Reconocí esas facciones al instante a pesar de haberlas visto solo una vez. Reconocí ese aire de superioridad y aburrimiento al instante también. Ahora entendía porque esos ojos me habían llamado la atención y porque esa voz también...

Fran y la idea del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora