—Me siento una idiota.
Tomé un puñado de papas fritas y me las metí a la boca para después tragar casi sin masticar.
—No te sientas mal. Esto es normal si estás confundida.
—Ni siquiera sé si lo estoy —exclamé en un quejido.
Me apoyé en el asiento del auto y miré al techo de este. Ay, dios mío.
—Fran, no sabías si estaba bien lo que estabas haciendo —me aclaró,—y aún no lo sabes. Estás confundida.
—Es que se ve mal.
—¿Entonces crees que tu hermano también está mal?
—No, él tiene derecho a hacer lo que quiera y es libre de amar —le aclaré.
—¿Y tú no? —cuestionó.
Jan solía ser muy intuitiva y más conmigo, que me conocía hace tiempo.
Estábamos en su coche. Después de la catástrofe que tuve de salida la noche anterior, me tuve que volver sola caminando a mi casa y menos mal que aún tenía algo de batería, no me acordaba el camino. Había estado tan segura que las cosas saldrían bien y yo volvería con ella. Fui una ilusa una vez más.
Cuando llegué mis padres aún dormían así que no sospecharon nada. Apenas amaneció llamé a Jan para llorar en su hombro (no lloré literalmente pero bueno)ella me dijo que vaya para su casa. Y ahora, estábamos en medio de la calle en su auto comiendo toda la comida chatarra que encontramos.
Me estaba tratando de dar consejos para que no me tirará debajo de un tren. La cabeza me daba vueltas, tenía ese miedo aún metido debajo de la piel.Si ella no hubiese dicho esas palabras, no sé en que habría terminado todo. No sé que hubiera hecho. No sé que hubiera hecho ella. No sé sí me habría gustado o no. Todo fue muy confuso. Todo estaba tan reciente y ni siquiera supe que sentía con exactitud.
—No lo sé —contesté.
Jan soltó un suspiro y miró por la ventana. Traía el pijama puesto.
—Puedo ver si Oliver sabe algo.
Rodé los ojos.
—¿Sigues haciendo...eso con él?—pregunté conteniendo una risa,—creí que nunca te enamoras.
—Y no lo hago, sólo folla muy bien —me echó una ojeada,—seguro sabe algo de esto.
—No creo, no son amigos —le expliqué,—me lo dijo hace poco.
Jan entorno los ojos hacia mí y una sonrisa tonta se poso en su cara.
—¿De qué hablas, Fran? —su voz adquirió un tono incrédulo,—son hermanos.
La sorpresa no cabía en mi cuerpo. No procese bien las palabras porque tampoco las entendía del todo. Es decir, sabía lo que era "ser hermanos"pero no me lo esperaba. Zam jamás había mencionado algo como ello, la única vez que hablamos de la banda me dejó bien en claro que no eran sus amigos y que se veían solo por trabajo.
—Ah —emití aún sorprendida,—otra cosa que no me ha dicho.
Jan levantó una ceja, evaluando mi reacción.
—¿Y te lo debería decir por qué...?
—Somos amigas y nos estamos conociendo—le expliqué en plan "es muy obvio tonta."
—Sabes, ni siquiera te he visto hacerle una escena de celos así a James —se enderezó en su asiento para que pueda verle la cara,—y eso que él te engañó.
Sacudí la cabeza e hice el ademán de taparme los oídos para no escucharla pero Jan fue más rápida y me tomó de las muñecas.
—¡No volveré a hablar de eso!
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Fran y la idea del amor
عاطفية¿Cómo frenamos esa sensación que nos recorre al cuerpo al ver esa persona? Esa misma pregunta se hace Fran desde que la conoció. "Me enamoré con sólo saber su nombre." Es lo que dice de ella. Pero no todo es tan fácil y bonito en su historia de am...