Todo comenzó cuando mi hermano fue a una secundaria que no era católica, como si íbamos el resto de nosotros y como habían ido mi madre y padre.
Fue por un pedido de Drew que quería conocer más gente, además quería hacer muchos cursos de deporte y los daba en otras escuelas. Luego de muchos meses de súplica, mis padres lo cambiaron.No le fue nada mal. Él siempre había tenido su carisma y esa simpatía con el resto. Hizo amigos muy rápido y papá solía molestarlo con que traiga chicas a casa pero él no quería. Lo que si se le dificulto fue ser más abierto. En la escuela pública había gente de distintas religiones y algunos ni las tenían. Drew tuvo muchos intercambios bruscos por ser mente cerrada, por desvalorizar a la mujer, por tratarlas mal y ser muy agresivo con los hombres. Papá y mamá nunca lo supieron. Si se enteraban seguro lo cambiaron de escuela.
Así que Drew tuvo que trabajar duro. Reconstruirse un montón y en proceso quiso hacerlo conmigo. Yo aún era muy chica, ni siquiera iba a jardín y mis hermanos aún no existían. Pero él se las arreglo para enseñarme muchas cosas. Me dí cuenta que no éramos tan religiosos como creía, sino que eran más órdenes y creencias de nuestros padres y no de ser católico en sí. Había interpretado como querían todo aquello que alguna vez fue genuino y lleno de fe. Pero no creí que fuera para tanto.Al cabo de dos años en los que Drew se había cambiado de instituto y con ello toda su rutina. También cambio su apariencia. Se dejaba crecer el cabello al estilo Jack del Titanic (bien lindo a mi parecer) y usaba ropa desaliñada, es decir, ya no vivía usando esas camisas y pantalones de vestir que le regalaba mi padre cada vez que podía. Usaba la ropa que los chicos de su escuela usaban, ropa oscura, con logos de equipos de fútbol o lo que sea, gorras y demás. A simple vista no era el hermano que conocí. Pero yo sabía que en su interior seguía siendo el mismo.
No me preocupe, era solo una niña y si me hubiera pasando siendo grande, tampoco me preocuparía no estaba haciendo nada malo. Pero al parecer a mis padres si les alarmó. Ellos creyeron que era algo preocupante, un acto de rebeldía, un acto de imprudencia.
Hasta que, un día, le sacaron toda su ropa. Drew tuvo que volver a vestirse como antes y con ello volvieron las burlas. Drew las soportaba, sabía cómo defenderse ante ellas. Cuando cumplió los diecisiete quiso salir más con sus amigos. Mamá se lo permitía sólo si eran buenos, a lo que Drew recurso a la estrategia de "te presentaré solo a los que valen la pena", es obvio que eso sólo lo sé yo. Y mis padres no se dieron cuenta, así que aceptaron que salga con ellos.
Todo iba bien.
Papá le daba consejos sobre chicas. Y él trajo un par de amigas a casa pero no entraban o no se quedaban mucho tiempo. Mamá decía que era mal visto que esa muchachas con esa vestimenta vengan a verlo. Drew la ignoro. Drew ignoro todo y se dejó llevar. Drew no escucho a mis padres. Tenía ese espíritu libre y aventurero. Nunca pudo ser reprimido como ellos querían. Drew debió hacerles caso.
En su cumpleaños número dieciocho, quiso invitar amigos. Le dijeron que sí y fueron más amigos de lo planeado. Drew estaba feliz, festejaba con ellos que había terminado el instituto y que ya era legal para el mundo. Mis padres no dijeron nada al respecto.
No fue hasta que el timbre sonó. Drew fue a ver quién era, ya todos los invitados están allí, y se encontró con un chico en la puerta. Este le dió su regalo y le deseo un feliz cumpleaños. Se saludaron con el típico apretón de manos y un abrazo brusco. El chico fue a darse la vuelta para ir y Drew lo miro desde la puerta. El chico llegó a la calle y Drew reaccionó, fue a buscarlo. Y de repente, sin previo aviso ni nada por el estilo, lo tomó de la nuca y lo besó.
Como dije, mis padres no se habían quejado en nada, no hasta que lo vieron besarse con alguien más. No hasta que lo vieron con un chico. Fue ese instante, ese minuto en el que todo se fue a la mierda. Se echó a toda la gente de la familia, los gritos y llantos fueron los que protagonizaron la noche. Papá golpeó al chico que estaba con Drew y lo echó a patadas. Drew no sabía que decir, su intención no era que nos enteremos así. Pero le salió natural, ya no podía evitar ese sentimiento que estaba flotando entre los dos y no quería seguir ocultando ese amor.
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Fran y la idea del amor
Romance¿Cómo frenamos esa sensación que nos recorre al cuerpo al ver esa persona? Esa misma pregunta se hace Fran desde que la conoció. "Me enamoré con sólo saber su nombre." Es lo que dice de ella. Pero no todo es tan fácil y bonito en su historia de am...