Vier

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La felicidad de un omega podía transmitirse a través de su aroma, el aire se siente fresco, como si el omega pudiera recrear la brisa de la cálida estación de primavera. Y de igual forma pueden expresar su miedo o dolor.

-¡Suguro!-El alfa sujetaba a su pareja por las muñecas, con miedo a que su omega se lastimara.

La habitación se sentía pesada, se escuchaban gritos de dolor por parte de Geto, desesperación por parte de Gojo e Ieiri solo gritaba para silenciar al alfa. La beta se encontraba preocupada, su amigo comenzó con su labor de parto aproximadamente a la 1 de la mañana.

Tenía miedo, la ambulancia no había llegado, Yaga no se encontraba en la escuela, y ni Satoru ni ella tenían conocimiento sobre como manejar la situación.

-¡Shoko por favor ayudalo-Satoru la miró directamente, se sintió intimidada,esos malditos ojos azules que la tenían rendida.

-¡Callate Satoru!-Sentía miedo, pero no iba a permitir que la situación se volviera más caótica, no iba a permitir que su amigo tuviera más preocupaciones, el moreno solo necesitaba concentrarse en él y en la vida que estaba a punto de traer al mundo.

El sonido de las sirenas se escuchaban lejanas. ¿Cuánto tiempo había estado ahí? Seguramente más de media hora.

-Maldita sea-Susurró bajito,la escuela estaba rodeada por el jodido campo que limitaba la entrada al territorio de la preparatoria.Miró un momento al alfa que se encontraba sujetando a su omega mientras le gritaba algunas palabras que suponía era para tranquilizar a Suguro.

-¿Puedes hacer algo por Suguro?-

Fue demasiado difícil convencer a Satoru que al cachorro no le pasaría nada aun si él no estaba. Y el sacar a Gojo de la habitación del omega causó una pérdida de tiempo, el omega ya había dilatado lo suficiente para que su cría comenzará a asomar su cabeza, la cama se encontraba con rastros de sangre. Y el dolor que el omega sufría se podía percibir en toda la habitación.

Sintió más miedo de lo que sentía antes de que el alfa desapareciera por la puerta, los omegas masculinos difícilmente lograban tener a sus cachorros por parto natural, casi siempre se les realizaba una cesárea, cirugía que su amigo necesitaba en ese preciso momento.

-Solo resiste un poco más- El omega sujeto su mano con tanta fuerza que ya no solo temía por el omega ahora temía por su mano. Ella sabía que el omega era fuerte podría resistir el dolor, pero la pequeña criatura no lo haría, se encontraba en el momento más crucial del parto, solo ella y Suguro podían decidir sobre la vida del cachorro.

-Ieiri-La voz del omega salió entrecortada, su llamado parecia mas gemido que otra cosa-Ayudalo-

Gojo corrió lo más rápido que pudo, tanto como sus piernas se lo permitieron. Después de romper el campo restrictivo, tomó por el brazo al primer paramédico que encontró en el bosque. Y corrió de la misma manera para llegar con su cachorro.

Podía escuchar como el médico detrás de él utilizaba su radio para comunicar la situación con la que pronto se encontrarian. No le importaba nada de eso solo quería estar con el omega y poder apreciar aquello que tenía tan inquieto a su animal.

"¿Por qué estoy corriendo?" Pensó un momento, cargo al médico como si de una princesa se tratase y utilizó su habilidad para llevar a ambos a la habitación de Geto.

En cuanto puso los pies sobre el piso de madera, escucho un lindo llanto proviniendo de una manta que cargaba Ieiri, la miró un segundo para agradecerle, pero no le salieron las palabras, la beta tenia una cara que solo expresaba horror, en ese instante salio de su ensoñación y miro la escena que se encontraba frente a sus ojos, la cama de Suguro se encontraba llena de sangre y placenta, y el omega no mostraba tener conocimiento sobre lo que estaba sucediendo, las manos de Shoko se tambien tenian sangre y el llanto que había escuchado ya no estaba.

La beta giró para mirar a Gojo y después al médico.

-Salvenlos- Gruño el alfa.

El mundo podría jurar que el gran Gojo Satoru era alguein infantil, caprichoso que solo se preocupaba por su persona y sus ideales, y tal vez no se equivocaban del todo, pero si pudieran observar el como se encontraba apreciando al recién nacido de cabello rosa, pensarían que están viendo al alfa más feliz que pudiera existir.

-Gojo si alejas la vista de Yuji no desaparecerá-La beta poso su mano en la espalda de Satoru esperando al menos un mirada de su parte, pero no recibió nada, ni un sonido, ni un movimiento de parte del alfa, absolutamente nada, la atención de Gojo se encontraba únicamente en su preciado cachorro.

-Su madre ya se encuentra bien-Satoru sonrió cuando pudo apreciar el movimiento del niño, lo vio abrir sus lindos ojitos cafe, y sonreirle, queria ser egoista y obligar a Ieiri a irse y dejarlo solo con su pequeña felicidad, pero cuando volteo para indicarle que fuera a ver a Suguro, pudo apreciar una pequeña sonrisa en su amiga beta.

¿Entonces esto podía causar su sol?

Gojo sabía que Ieiri había desarrollado un rechazo por el hijo del omega, pero en ese momento no podía percibir aquello sentimientos negativos por parte de Shoko.

-No se parece a Geto-Comento Ieiri, tomando lugar al lado del alfa.

-Y no sabes cuánto me alegro de que sea de esa forma-Las palabras habían salido sin pensarlas, o bueno su lado humano no las había formulado, salió del lado animal de satoru.

-Eso es cruel-Shoko solo pudo expresar su incomodidad y caminar en dirección al cuarto donde se encontraba Suguro.

El alfa que anteriormente se encontraba lleno de felicidad, se habia esfumado, en su lugar se encontraba un alfa a punto de comenzar un berrinche. Ya que el omega se encontraba cargando al que por derecho le pertenecía.

"¿Cual derecho? Preguntó la racionalidad de satoru. Lo sabrás en algunos años, respondió su instinto".

-Por favor Suguro-El alfa arrodillado rogaba para el omega, necesitaba de aquel niño, pero el omega simplemente no cedía.

-Satoru ya te dije que no, Yuji es mio- Geto acarició el cabello de su cachorro tratando de transmitirle el amor que sentía en ese momento, disfrutaba el poder ver a su Yuji alimentándose de la leche que su cuerpo producía, en pocas palabras adoraba a aquel ser que se encontraba en sus brazos, y que su tonto alfa quisiera quitarselo por un capricho causaba emociones negaticas en contra de Satoru.-Ademas no confio en ti para cuidarlo-

-¡Suguro!- Y por fin el alfa comenzó a llorar.






Yo se que quieren que Satoru se robe a Yuji, pero pense un poco mejor en el rumbo de la historia, y aunque me hubiera gustado que fuera una historia linda de un Gojo siendo posesivo a más no poder con su sol, que terminara de una forma linda con Geto, y siguieran siendo amigos, pues lo pense mejor y esta va a ser una historia cruel, ya que los ideales de Geto cambiaran y seran identicos a los que tenia en el manga. 

Realmente no se si lloraran o no, pero mejor preparense para seguir con esta historia.

¡Papi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora