Cadeau

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Advertencia:

-Incesto

-Menor de edad Satoru

-Yuuji mujer

Frente a la parrilla de la cocina, cortando vegetales y amasando la carne para la cena de la noche, el ama de casa disfrutaba su estancia solitaria. Disfrutaba demasiado la soledad de su casa cuando su esposo e hijos se retiraban en la mañana para ir al trabajo y escuela respectivamente

No tenía ninguna prisa por terminar su labor en la cocina, sus amores regresan hasta aproximadamente las 5 de la tarde y siendo viernes esperaba consentirlos con las albóndigas y pastel de durazno que tanto amaban.

Mientras esperaba que el caldo terminara de cocer la carne y el pastel reposara en el refrigerador, Yuuji se dispuso a limpiar la habitación de todos los integrantes de su familia. Comenzando con la habitación que compartía con su esposo, solo tendió la cama, sacudió un poco los muebles que tenían en él y salió, para continuar con la habitación de su hija. Tampoco fue tardado el organizar y dejar limpia aquella habitación, solo recogió algunos juguetes que se encontraban en el suelo y organizó las tiaras de su princesa, sabía que su adoración soñaba con pertenecer a la realeza y por ello tenía decenas de coronas que siempre ocupaba cuando salía de su castillo.

Dejando al ultimo la habitación más desastrosa, algunas veces le daba dolor de cabeza el solo entrar al espacio de su hijo, tenía toda la ropa fuera del closet, y la sucia fuera del bote de lavado, la cama ni siquiera tenía protector y la basura se combinaba como uno con la habitación.

Suspiro, dejo lo necesario para limpiar fuera de la puerta y regresó a la cocina para revisar el estado de la comida. "Perfecta como siempre" sonrió, miro el reloj que marcaba las tres de la tarde, dos horas restantes para concluir con su labor de salvar la habitación de su demonio.

Comenzó tirando toda la basura que había, encontrando bolsas de papas, algunas tareas sin terminar y pañuelos, que al tacto se sentían algo duros. Continuó separando la ropa sucia de la limpia, algo que requirió su concentración al máximo para poder distinguir la diferencia entre una y otra, Yuuji siempre le dejaba la ropa planchada y doblada encima de la cama, y al parecer para Satoru era mas facil solo aventarla de una patada lejos de su colchón, volvió a suspirar y siguió con su labor. Ya solo para terminar sacó sabanas nuevas, las colocó en la cama y salió del cuarto que ahora se encontraba limpio y con un olor agradable.

16:30, tenía media hora para descansar, la gente podría pensar que ser ama de casa a tiempo completo era fácil, solo limpiabas, cocinabas y te sentabas a esperar a tu esposo, pero ellos no se recordaban que realizar cualquier trabajo por más insignificante que pudiera parecer requiere energía. Necesitaba recuperarse para estar al 100% para su familia, sus hijos querrán jugar, su esposo pedirá atención, y el esperaba complacerlos y recibirlos con una sonrisa.

Cerró sus ojos, dejando su alma en brazos de Morfeo.

-¡Mamá!- Un grito la despertó, divisó el reloj que estaba frente al sillón, 5:30 había dormido una hora y su familia ya se encontraba en casa. Su pequeña estaba arrodillada cerca de su cara, mirándola con un poco de molestia -¡Tengo hambre!-

-¿Y tu padre?- Sentándose, cargo a su hija para acomodarla en sus piernas.

-Digo que tendría que volver mas tarde, asi que solo nos dejo en casa y se fue-Su hijo mayor sentado en la mesa respondió, mirándolo igual de molesto que su hermana

-¿Y por qué no me despertaron?-Yuuji dejó la comodidad de su sillón para dirigirse a la mesa y sentar a su hija frente a la misma. Acarició los cabellos blancos de su hijo y pasó a la cocina para traer la comida.

-Porque madre se veía hermosa dormida-Dijo en voz baja Satoru

Yuuji lo escuchó perfectamente, pero decidió no decir nada y volver a la mesa con sus hijos.

Comieron en silencio, la menor de los presentes jugaba con su comida en vez de ingerirla, el pequeño demonio solo dio unos pocos bocados para seguido poner una mueca de disgusto.

-¿No te gusto?- preguntó Yuuji preocupado.

-No, no es que no me gustaran- Satoru la miró directamente a los ojos, poniéndola incomoda.-Pero me gustaría comer otra cosa-Aun sin apartar la vista de su madre, sonrió mostrando ligeramente sus dientes blancos.

La mujer sólo levantó un poco el mantel de la mesa, mostrando sus piernas, el niño entendió el mensaje, y se metió debajo de la mesa, arrodillado cerca de su madre, observó cómo levantaba sus cadera para deslizar por sus piernas sus bragas. El niño colocó las manos sobre los muslos de su madre, los separó lo justo para dejar a la vista la zona húmeda de su madre.

-Mhg-Yuuji soltó un ligero gemido de anticipación, su estómago comenzaba a sentirse inquieto, y su lubricante comenzaba a fluir con mayor intensidad.

Satoru abrió los labios de la mujer y dio un pequeño lenguetazo en su clítoris, encima de la mesa, la mujer chilló, y el niño sonrió, lamía lentamente aquella protuberancia que había sido creada exclusivamente para darle placer a su madre.

La mujer no podía evitar soltar pequeños sonidos de frustración, se sentía estimulada pero no lo suficiente para hacerla llegar al cielo, necesitaba más, pero el niño la estaba saboreando sin ninguna prisa, la lamia con pausan que para ella eran largas aunque solo fueran unos cuantos segundos.

-Sato..ru-Bajo su mano hasta la cabeza se su hijo, necesitaba acercarlo a ella-Tu ...padre llegara pronto- Soltó aquello como un impulso para que su hijo acelerara su trabajo.

-Entonces sería mejor que me apresurara-

Enterró su lengua nuevamente en la vagina de madre, lamiendo más fuerte, presionando con mayor fuerza su clítoris. Dejó de lado el botón de su madre y se dispuso a secar la humedad que resbalaba de ella.

-¡Ahh!- Su lengua entraba y salía, cuando se encontraba dentro lamía las paredes internas, no podía limpiar profundamente como él deseaba, pero a su madre le gustaba, pues comenzaba a tener espasmos, cuando salía atendía brevemente el clítoris de su madre.

Satoru tampoco se encontraba bien su pene estaba adolorido pues no lo había tocado, y se frotaba solo contra la tela de su boxer, pero no necesitaba tocarse para correrse, solo necesitaba disfrutar de la comida que a veces su madre le dejaba degustar. Le encantaba el sabor que le quedaba después de estar entre las piernas de la mujer, disfrutaba el néctar corriendo por su garganta y disfrutaba más que fuera solo para él.

Sabía que desde que comenzó a comer el coño de su progenitora su padre no lo había hecho, tal vez una o dos veces, pero la mujer ya no parecía satisfecha con la boca de otro hombre que no fuera la de su hijo.

Satoru se alejó de la humedad en el momento justo en el que Yuuji se correría.

-No.. no... no...Satoru-Los dedos de su madre se aferraron fuertemente a los cabellos de su hijo, lágrimas de frustración bajaron por sus mejillas, las contracciones de su vagina se volvieron menos violentas gracias a la falta de estimulación, pero la emoción en su estómago y clítoris no se iban, se sentía frustrada.

-Gracias por la comida- Satoru salió de la mesa, deposito un pequeño beso en la mejilla de Yuuji, la cual todavía respiraba pesadamente.

Sonriendo se dirige a la puerta, para abrirle paso a un hombre de cabello negro y ojos azul oscuro.

-¡Regresaste padre!-


Estoy escribiendo esto porque necesito mejorar mi narración erótica, ya que en el capitulo 14 existe una escena de Yuuji y Satoru en un acto comprometedor y como escritor me estoy proponiendo hacer que mis lectores puedan sentir la escena.

No se si me entiendan.

Pero por el momento esperen algunos extras que carecen de trama y son porno, es mas quisiera que este short tuviera segunda parte.

¡Papi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora