Zwölf

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Las caricias en su espalda lograron calmarlo. La doctora había salido a lidiar con el alfa que interrumpió su consulta y tranquilizar a la enfermera que aún permanecía en el suelo.

-Tranquilo Yuuji-Su abuelo lo tomó entre brazos y lo sacó del consultorio. Su cabeza se encontraba escondida en el cuello de su tutor, sin permitirse ver algo mientras salían del pequeño hospital.

Mientras avanzaban, a su nariz llegó un aroma agradable, despegó un poco su cuerpo y comenzó a buscar lo que producía tal aroma. Y lo vio, sentado con la cabeza agachada mirando fijamente al suelo. Era un alfa de cabello blanco, delgado y demasiado largo, parecía incómodo sentado en aquellas sillas.

Por un momento, se olvidó de como respirar, olvidó que se encontraba en un hospital y que existían personas a su alrededor. Su mundo se vio opacado por unos ojos azules que lo miraban fijamente. No comprendía el sentimiento que estaba teniendo, se parecía al miedo, lo podía comparar con el mismo sentir de las presas al ver a un depredador, pero no se sentía mal, era agradable.

-Ah- Un pequeño sonido salió de sus labios, su cuerpo comenzaba calentarse, y su estómago cosquillea.

La extraña sensación de su cuerpo no desaparecío aun cuando llegaron a casa, tenía la necesidad de buscar la atención de alguien, pero no necesitaba esa atención que le daba su abuelo, no necesitaba a su familia en ese momento.

Abrazo su estómago esperando que las cosquillas desaparecieran, sollozo al sentir su parte baja palpitar, era extraño y odiaba sentirse así. Se acurrucó más cerca de las almohadas de su cama, sin ser consciente de su alrededor. Su respiración se volvió agitada, soltando cada tanto pequeños sonidos de su boca.

De pronto sintió frío sobre su cuerpo caliente, lo recorrió por la espalda, por sus brazos, hasta llegar a su cara, donde sintió una presión que lo obligó a girar y quedar frente a su amigo.

-Yuuta- Gimio levemente, mirando esos ojos negros le transmitian tranquilidad.

Las manos del pelinegro descendieron hasta llegar al pecho del omega, realizando pequeños círculos con la yema de sus dedos sobre las pequeñas protuberancias que comenzaban a resaltar.

-Ah-Yuuji cerró los ojos, pues sentía incomodidad en el estómago, el pequeño cosquilleo se incrementó, con cada caricia que recibía.

Sus piernas fueron abiertas permitiendo que Okkotsu pudiera estar entre ellas. El pequeño alfa restregó su dura entrepierna contra la húmeda prenda de Yuuji. Sus manos se alejaron del pecho contrario, limpio las lagrimas que caían por las mejillas de su amigo.

-¿Te sientes bien?- Dejó un beso detrás de la oreja del omega, respirando su delicioso aroma a mermelada.

-Ah-No recibió respuesta, solo las manos de su amigo sobre su espalda envolviendolo y acercandolo lo más que podía a su cuerpo.

-Tranquilo, para eso estoy yo- Acaricio el rosado cabello delicadamente, transmitiendo el amor que sentía hacia el contrario, su corazón latía descontroladamente, pues tenía a su amor platónico debajo de él pidiendo instintivamente su ayuda. Y su alfa no podía sentirse más orgulloso, pues no representaba peligro para el recién omega presentado.-Te cuidare toda la vida-

Solo recibió un pequeño gruñido, y las piernas del omega sobre sus caderas, tratando de acercarlo más a la humedad.

Y Yuuta no era nadie para negarle nada a Yuuji.

-¡Satoru, por favor esper....!-El moreno se vio acorralado en una pared cercana a la entrada principal de la mansión.

El alfa se encontraba arrodillado, dejando cerca su rostro de la erección creciente del omega.

-Da me la espalda pequeño- Su voz resonó melosa, con un cariño que suguru no había escuchado.

El omega cumplio la orden, sus manos y rostros ahora se encontraban presionados contra la pared blanca.
Satoru se deshizo de los pantalones y ropa interior del moreno

El alfa observó la rosa entrada, palpitando mientras de ella se deslizaba un pequeño chorro de humedad. Su boca comenzó a salivar, sin esperar más acerco su boca a los muslos mojados del Omega saboreando el lubricante.

-Ah- El Omega gimió sosteniendo las cabellos negros del contrario. Todo era nuevo para el. No sabía el porque su cuerpo se sentía de esa manera, mientras la lengua de su amigo limpiaba el desastres húmedo de su parte baja.

Sentía al músculo abrir sus entrañas, tratando de ir más profundo dentro de él, entrando y saliendo sin ningún ritmo.

-Yuu...ta- El alfa sobria, alegremente la esencia del Omega, bebiendo lo más que podía soportar.

Era amargó, el sabor de Suguru le parecía desagradable. Se alejó rápidamente de la habitación y se dirigió al baño. Arcadas lo invadieron, expulsando absolutamente nada.

Su cuerpo se encontraba débil, su estómago dolía, y un extraño sentimiento se empezó a acumular en su pecho.

-Satoru- El Omega se acercó al marco de la puerta, dónde se quedó al escuchar el gruñido molesto del alfa.

-Llama a Ieiri- Suplico en voz baja.

Un ronroneo se escuchó dentro de la habitación del pequeño Itadori, su Omega se encontraba satisfecho, había recibido la atención que necesitaba. Aún estaba sensible de su parte baja, causando contracciones que le provocaban un placer similar a tener la lengua de su amigo dentro de el. Pero se sentía cálido, se sentía bien, a comparación de esas noches dónde su cuerpo enfermaba y su lobo sentía un rechazó que terminaba haciéndolo sollozar.

-Sabes burlarse de la desgraciada ajena es una actitud vil- La doctora coloco un pañuelo mojado sobre la frente del alfa-Pero estoy feliz de que puedas sentir un poco de lo que Yuuji siente-

El alfa débil en la cama, solo soltó.un gruñido de advertencia, que de nada servía en estos momentos, pues la Neta podría ganar fácilmente si Satoru decidiera atracarla.

-Tendré que ver a Yuuji en unos cuantos días para ver qué se encuentre bien- Se sentó en la cama a orillas de los pies de Gojo.

-Si estoy en este estado significa...-Lod ojos lastimeros de Satoru se encontraron con esos ojos marrón llenos de burla.

-Que tu Omega encontró un alfa- Sonrió de forma sincera, sin dejar de ser consciente del mal aspecto de Satoru. Acercó la cubeta que se encontraba en el piso, dejándola cerca de la boca del alfa, el cual vómito casi al mismo tiempo.

-No...-Titubeo, negando la horrible noticia que recibía.

-Satoru esto es tu culpa, si no hubieras marcado a Yuuji ambos serían libres de revolcarse con quién quisieran- La beta se levanto ejerciendo un dominio sobre el enfermó.

-Jamás quise acostarme con tu amigo y lo sabes-Su voz comenza a tener fuerza para expresar su molestia con el doctor-Siempre fue Yuuji al que deseé- Sus colmillos comenzaban a crecer. Mostrándose ahora como una verdadero peligro para la beta.

-Y está mal, Satoru- Se alejó lentamente del domino del alfa, hasta salir de la habitación.


Horrible lo sé. Pero al igual que la escritura normal, el escribir algo erótico (sacado de mi imaginación es algo nuevo) tal vez para la otra me inspire en un manga o doujinshi.

Pero mientras espero les gusten, y tal vez lo edite para que la escena erótica quedé mucho mejor y sea de su agrado.

Por favor si les incomoda de alguna forma lo presentado, recuerden que les dejé una advertencia

¡Papi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora