6. Una mañana bajo el sol

270 25 8
                                    

Era un fin de semana cualquiera, Nishikata se encontraba alistándose en su habitación para salir a correr por la mañana.

Nishikata: Ok, ya estoy listo.

Nishikata sacaría el colgante de su hermana que siempre trae con él.

Nishikata: Cuento cada uno de los días que faltan para la siguiente semana, ten por seguro que entrenaré muy duro y ganaré ese festival aunque sea lo último que haga. Solo entonces... podré volver a verte.

El chico se quitaría el colgante y lo guardaría en un cajón de su escritorio para no perderlo por accidente mientras trotaba, bajaría rápidamente a la entrada de su casa y saldría despidiéndose de sus padres.

Nishikata mente: Poco a poco estoy acostumbrándome a las escaleras de mi casa. Aunque no sé si este en condiciones de subirme a la avioneta cuando gane... maldición.
-empezando a calentar-
Mejor no pienses mucho las cosas, hoy es tu día libre. Que es lo que podría pa....

???: ¡Nishikata!

Nishikata: ¡¡Ahhhhhh!!

Por el repentino llamado, el chico se tropezaría y caería al suelo de cara.

Nishikata: ¡¡Dueleeee!! ¿¡Quién fue!?... -volteándose- A eres tú, Takagi-san.

Takagi: Buenos días, te ves muy animado para salir a trotar tan temprano.

Nishikata: ¡¡Lo estaba hasta antes de probar tierra!!

Nishikata mente: Lo sabía, aún no me acostumbro a que me llame sin honoríficos. Pero no puedo retractarme a estas alturas, ya acepte mi destino desde que acepté que seamos amigos.

Takagi: jejeje, lo siento.

El chico se limpiaría la cara con un pañuelo que tenía consigo mientras se levantaba.

Takagi: ¿Y qué tal sabía? -sonriendo-

Nishikata: ¿¡Viniste a burlarte de mi a caso!?

Takagi: No, pero ahora que tengo la oportunidad sería pecado no aprovecharla jeje.

Nishikata: Me asusta tu sinceridad...

Takagi: La verdad es que vengo de hacer las compras para la casa.

Ella levantaría la bolsa que llevaba con ella para demostrarlo.

Nishikata: Ya veo, debes estar ocupada incluso en días que no hay escuela.

Takagi: No, como te dije ya estoy viniendo te hacerlas. Así que estoy totalmente disponible.

Nishikata: Eh...ya veo, bueno hasta luego...

Takagi: Oye, espérame un momento aquí quieres. No tardaré

Nishikata: Pero yo...

Nishikata no tuvo tiempo a negarse porque Takagi velozmente ya había entrado a su casa. 

Nishikata: Esto ya ha pasado antes... maldición.

El chico se quedaría sentado en la acera unos 10 minutos hasta que finalmente ella saldría vestida con ropa deportiva.

Takagi: Ya estoy lista ¿Nos vamos?

Nishikata: Tú...

Takagi: Sí, vamos a trotar juntos.

Nishikata mente: Dame un respiro...

Ambos empezarían a trotar a lo largo de la costa en la que vivían, ocasionalmente se encontraban a personas que parecían reconococerlos y los saludaban. Al ser una comunidad pequeña era un trato normal entre los habitantes.
El sol resplandecía bastante, haciendo que tras un largo tiempo de trote empezaran a sudar por el cansancio.

El arte de aprender a volar - KJNTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora