CAP 55. Painkillers

331 22 7
                                    

------------/RK900 P O V/------------

Departamento de Rk900
22/Sep/2040
08:00 a.m.

Sin duda estas no eran horas de ir a una tienda de autoservicio por medicamentos, pero la situación en casa lo ameritaba y bastante.

No me importó salir en pijama y pantuflas al exterior habiendo una matadora helada. Siempre podría desactivar temporalmente mis termosensores y así evitar malestares innecesarios.

"Ventajas de ser androide" o como le gusta a Gavin llamarle.

Sin chistar bajé del auto y con prisa compré todo lo que necesitaba; compresas frías, calmantes y paracetamol, jarabe para la tos, y claro, lo indispensable para las noches de una pareja enérgica.

Una vez hice el pago, tomé las bolsas plásticas con mi mercancía y me dirigí al auto de Gavin para dirigirme a mi lugar lo más pronto posible.

Sí sí, tenía mucha, bastante prisa en realidad. Pero ¿por qué?

Bueno… por más extraño que parezca, que sea el androide más avanzado existente no me hace del todo perfecto. Y esta vez había ocurrido un gran descuido de mi parte.

Tan rápido como introduje la llave en la perilla de la puerta de entrada y tiré de ella, caminé en dirección a mi habitación.

Y cuando estuve a punto de entrar al cuarto donde Gavin se encontraba, la puerta fue abierta de golpe por el castaño, dejando a la vista una expresión que sólo podía describir como abatida.

Vestía una de mis camisetas negras solía usar como pijama, junto a la sudadera qué tenía estampado el logo del DDP.

—Escuché tus llaves en la en la cerradura de la entrada. —dijo al frotar uno de sus ojos con cansancio y extrema dificultad.

—Espera- ¿saliste en pijamas? —soltó con una ceja curva.

Asentí orgulloso. —Ya tengo los medicamentos que sugirió tu doctor. ¿Cómo está tu fiebre en este momento? —pregunté de inmediato apenas la mirada del castaño se cruzó con la mía.

—No baja de 39.6°C. —bufó abriéndose paso hasta del desayunador a un costado de la cocina.

Apenas podía mantener los ojos abiertos, no sabía si se debía al extremo agotamiento provocado por nuestra noche anterior, o a si se encontraba más enfermo de lo que yo creía.

Suspiré por lo bajo. —En ese caso deberías comer algo antes de que te de tus medicinas. Haré un desayuno rápido para ti.

Me encontré a punto de ponerme el delantal de cocina cuando Gavin lo evitó poniendo su mano sobre la mía.

—No te tomes las molestias. —dijo.

—Comeré lo que guardé de la cena del otro día. Pero… ¿Puedes calentarlo para mi? Me siento algo mareado por levantarme de la cama tan rápido.

Mencionó como si se encontrara fuera de sí y al mismo tiempo que sostenía su débil semblante con su mano libre.

—“Por supuesto, Gavin debería estar descansando ahora mismo, en definitiva su condición no es nada buena.” —pensé contrayendo de poco en poco mi ceño en señal de preocupación.

—Regresa a la cama entonces, te llevaré el desayuno allí cuando esté caliente. —dije, sosteniendo su agarre al mio para darle estabilidad.

El otro asintió con lentitud. —Gracias cariño.

Pasaron algunos minutos hasta que pude llevar el desayuno para Gavin hasta donde reposaba.

Descansé mi peso sobre el borde de la cama al mismo tiempo que dejaba lo que traía conmigo sobre el regazo del otro.

¿Recuerdas lo que teníamos? / Rᴇᴇᴅ900Donde viven las historias. Descúbrelo ahora