"El Sótano" © [PJM]

Capítulo 13.

La habitación lucia siempre limpia y ordenada, el siempre se encargaba de limpiar el polvo, pero también de Mantener todo tal y como ella lo había dejado para que cuando ella regresara, supiera que nunca se olvidaron de ella ni un solo día. Porque para él, Ryuji no era su cuñada solamente.

Para Seokjin, Ryuji era su princesa, su bebé... era su hija.

El hombre se adentra un poco mas en la habitación, observando todo. Siempre que se sentía fuera de lugar o deprimido, le gustaba venir a refugiar en ese lugar donde habían compartido tanta felicidad.

– Mi Niña... – Murmura con los ojos vidriosos.

– Sabia que estarías aquí... – La voz de Namjoon sorprende al mayor y este también se adentra de igual manera. – Jin... –

– No, Namjoon... No intentes convencerme cerrar esta habitación y sellarla. – Menciona el mas alto con un poco de frialdad.

– Pero ya han pasado más de 5 años... Ryu se fue, Se fugó con ese joven y nos abandonó...–

– ¡Eso no es cierto! – Interrumpe Seokjin alejándose de pronto de quien hasta hoy seguía siendo su pareja. – Ella no se fugó con nadie... No nos abandonó porque ella no es así. – Lo encara. – Mi niña era una niña dulce, de casa... ella seria incapaz de habernos dejado, nos quería mucho. Y si estaba tan enamorada como para fugarse con ese muchacho yo sé que antes habría intentado hablar con nosotros o al menos, se hubiera despedido... –

– Y eso hizo... ¿Acaso ya olvidaste la carta que nos dejó? Tenia su letra Seokjin, imposible que alguien mas haya podido replicarla. –

Y si, lo sabía. Sabía que había una carta en la que su pequeña explicaba el porque se iba, pedía perdón y también dejaba muy en claro que no la buscaran, que no planeaba regresar jamás y que se olvidaran de ella. Todo escrito por puño y letra de la joven.

Pero Seokjin no era estúpido, algo en su corazón gritaba que no debía dejar las cosas así. Incluso la policía había sido bastante incompetente, desestimando y cerrando el caso porque para ellos dicha nota había sido la prueba de quela joven no estaba desaparecida.

– Ella no se fue... A ella la desaparecieron. Y ni tu ni nadie me va a hacer cambiar de opinión. – Sentencia Jin. – ¿Y sabes algo más, Namjoon? No voy a dejar de buscarla, ni siquiera en mi ultimo día de vida lo haré, Mi niña lo es todo para mí y debería haber sido lo mismo para ti. – Ambos se miran a los ojos. – Pero no fue así, tu siempre la viste como una carga, como un estorbo... para ti nunca importó tu hermana, Ryuji no existía, solo tu Carrera profesional, tu música y tus logros. –

– Por favor no digas eso... Ryu y tu son mi familia. – Namjoon intenta acercarse.

– Entonces llegó el momento de que te fajes esos pantalones y luches por esa familia porque de lo contrario todo terminara cayéndose a pedazos. – Sin ganas de continuar con aquella conversación, Seokjin sale para dirigirse a su habitación. – Debo encontrar a Jeon Jungkook... sé que él es el único que puede ayudarme a encontrarla, el debe saber donde se encuentra mi niña. – Murmura para sí mismo.

****

Nunca había sido consiente del gran privilegio que era poder estar sentada en un sofá viendo la televisión has que ella se encontró ahí, en el mullido sofá de la sala viendo el capitulo de alguna novela de época sin moverse ni hacer el más mínimo ruido.

Y pese a que su mirada estaba clavada en la enorme pantalla plana de la pared, su mente no podía evitar estar en otro lado.

Otro bebé...

¿Cómo podría ella tener otro bebé con Jimin? La primera vez que había quedado embarazada todo había sido tan difícil. Su embarazo no había sido en nada parecido a lo que se habría imaginado cuando tuviera a su primogénito.

– Ya regresé, Mi amor. – Jimin se sienta a su lado y Ryu siente como sin esfuerzo alguno la pasa a su regazo, pero no solo eso, sino que Park se recuesta para ponerla a ella sobre él.

– ¿No deberías estar en el trabajo? – Pregunta ella en tono bajito.

Este sonríe y niega. – Nena, no tienes ni idea... – Dice y deja un beso sobre su sien. – Mis horarios son ridículamente flexibles donde trabajo. Así que cuando quiero voy y cuando no, no pasa nada... –

– ¿En qué trabajas? –