Capítulo 12.

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Jimin se encontraba como nuevo... y como no estarlo después de tan maravillosa noche. El sexo con su mujer siempre era bueno, pero en esta ocasión no había existido ninguna otra experiencia que se le acercase.

Park lleva la bandeja con el desayuno hasta su habitación, realmente iba a consentirla a mas no poder.

– Despierta, Princesa... – Canturrea mientras deja la bandeja sobre la mesita de noche, Ryu abre sus parpados con pesadez y muy apenas. – Nuestro pequeño ya está en el jardín de niños, quería verte, pero ambos te vimos tan profundamente dormida que preferimos no molestarte, es una suerte que no hayas despertado hasta ahora... me arriesgue mucho al dejarte sin grilletes. – Comenta como si fuera solo una anécdota graciosa.

En alguna otra ocasión ella habría reaccionado diferente. Le habría pedido que se callara, Habría vuelto a suplicar que la dejara ir como el sinfín de veces anteriores o incluso se habría molestado y enfrentado sin importarle ya nada. Pero en cambio hizo algo mucho peor...

Nada.

Nada de nada.

Solo se sentó y se quedo así, como un Zombi. Con la mirada perdida entre las sabanas y con esa profunda tristeza que le invadía. Se abrazaba a si misma cubriéndose lo necesario, pero hasta ahí.

¿Qué sentido tenía seguir luchando? Jamás iba a salir de ese lugar o al menos no como quisiera; Jamás iba a poder librarse de Jimin ni tampoco poder regresar con su hermano o con Jin; Jamás podría volver a saber lo que se sentía estar entre los brazos de Jungkook haciendo el amor sintiéndose realmente amada y afortunada.

Ya suficiente humillación había tenido al dejarse tener sexo con Jimin. Simplemente estaba agotada... física, emocional y mentalmente, ya ni siquiera se sentía como una persona con derechos, con voz ni con valor. Se sentía reducida a solo una mascota, a un objeto sexual que podría incubar a los descendientes de Park y nada más...

¿Por qué seguir luchando contra su destino? Sí seguía resistiéndose aquello podría terminar en desenlaces bastantes trágicos para las personas que amaba. Lo mejor era rendirse, sacrificarse para que nadie mas sufriera a manos de ese enfermo.

Jimin toma el plato con los huevos revueltos y un tenedor. Pincha un poco de los alimentos y procede a llevarlos hasta la boca de la fémina como si esta fuera incapaz de poder comer sola. – Abre grande, nena... – Le dice y sonríe gustoso al ver que es obedecido sin cuestionar. Entonces comienza a alimentarla. – ¿Sabes? Anoche lo disfrute bastante... Dios, Ryu. No tenia idea de lo apasionada que podías llegar a ser. El solo recordarte gimiendo mientras tus caderas se movían sobre mi... hace que vuelva a ponerme duro. – Ella le escucha y aunque no dice nada, por dentro siente como el estomago se le revuelve. – Yo lo estuve pensando y... quiero otro bebé. Ya dejamos pasar mucho tiempo y Young necesitara un hermanito o hermanita para no quedarse solo, yo sé lo difícil que es ser hijo único, pero por suerte tu siempre estuviste ahí...–

Aquello hace que Ryuji detenga su masticar y levante la mirada. Se obliga a si misma a tragar ese bocado para después mirar – ¿D-de qué estás hablando, Jimin? – Se atreve a preguntar.

– Pienso volver a embarazarte de nuevo nena... escucha, Sé que Young no fue planeado o bueno, para mí siempre lo fue, pero llegó demasiado pronto, Cuando apenas tenias unos cuantos meses aqui y por lo mismo decidimos ponerte ese dispositivo anticonceptivo en el brazo. Aunque jamás dudes del inmenso amor que le tengo a nuestro hijo, a pesar de que llego a nuestras vidas cuando aun éramos muy jóvenes, fue un precioso regalo. Y si en ese entonces lo hicimos bien pues ahora con más razón que ya somos adultos. – Jimin sonríe. – Volveremos a aquella hermosa etapa, ¿recuerdas? Pero primero llamare a Taehyung  para que venga a quitarte eso. Después tendré que poner todo mi empeño para que hagamos ese bebé, pero ahora que se que cooperaras, me siento mas tranquilo. No quisiera tener que volver a lo de antes. Aunque no voy a negar que todo ese morbo de follarte a la fuerza me excita. – ríe. – Todo sigue en nuestro cuarto especial de juegos. – Su mano deja brevemente el tenedor para amasar uno de sus pechos con cinismo y al sentirla temblar regresa a lo de antes con una sonrisa. – Anda, Come un poco más... muero por pasar el día contigo en la casa. –

"El Sótano" © [PJM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora