14. El juicio de los tres tejones y un cuervo

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Guía de colores del cabello de Han JiSung:

Volvió a ser calvo

Capítulo 14

El juicio de los tres tejones y un cuervo.

JiSung pasó una semana en casa de HyunJin, y luego un par de días en San Mungo; con ese antecedente, él no esperaba pasar otros días más en el lugar donde lo habían echado:

Los suburbios.

La casa de Leela había pasado por diversos cambios estructurales en beneficio económico hacia ella, quien había dejado de trabajar formalmente cuando tuvo a su segundo hijo. Parte de la primera planta de la casa era una papelería para los estudiantes de los suburbios que le iba medianamente bien, económicamente.

Karl Danford era el mayor- un tonto de metro ochenta y de hombros gruesos que intimidaban a cualquiera; lo último que JiSung había sabido de él era que había entrado al equipo de lucha libre, y estaba en el último año de escuela en un internado privado en alguna parte de Inglaterra.

Después le seguía Koyle, quien era de la edad más cercana a JiSung. De pequeño había tenido dislalia, así que dificultaba de entonar un par de palabras desde la última vez que JiSung lo vio.

Y, finalmente, la hija pequeña: Kandy. Ella era un año más joven que JiSung, pero mucho más audaz que su hermano mayor.

Los dos chicos nunca habían tratado bien a JiSung, y Kandy era la única que realmente le parecía agradar la actitud tan contrariada y limitada de JiSung. Ellos eran presentados como primos en sociedad, y la vida que Leela había formado alrededor de JiSung para presentarlo a los vecinos era caótica.

Claro, ella pudo hacer pasar a JiSung como otro hijo suyo, pero la lejanía que le tenía a él era demasiado para ella, que falseando un lazo consanguíneo ya era conflictivo.

Leela siempre se aseguró de hacer diferencia entre JiSung y sus tres hijos, y a veces se jactaba de aquello. JiSung podía entenderlo porque ellos sí eran sus hijos legítimos, pero también era consciente que el concepto de "madrina" nacía en base a una cercanía, y se preguntaba cómo sus padres biológicos fueron cercanos a ella.

Karl Danford seguía en su internado, por lo que JiSung solamente veía a Koyle y a Kandy en aquella semana que estuvo en casa.

—Oye, pedazo de fenómeno —le llamó Koyle, entrando a la papelería. JiSung reemplazaba en algunas rondas a Leela en la atención al cliente—. Sácame un par de billetes.

JiSung, apartando la vista de un libro infantil con el que pasaba el tiempo, se enfocó en Koyle y se esforzó de que los pliegues sobre sus ojos mostraran seriedad. Tomó aire, y sintió un fuerte jalón cuando pronunció: —no voy a hacer eso.

—Mi mamá siempre me deja —dijo con tono soez.

JiSung movió su cabeza de forma burlesca e infantil, antes de ignorarlo y volver a leer su libro.

De aburrido, Koyle le quitó el libro.

«Dios, ¿estamos en primaria?»

En la escuela, con un simple encantamiento alarga-mocos habría podido solucionarlo, o asustarlo con un cambio drástico de cara. También podría haber vertido un poco de esas canicas mágicas que había hecho en Hogwarts con sus amigos en su botella de agua y esperar algún actuar mágico.

Pero estaba en terreno peligroso.

JiSung solamente dejó que Koyle siguiera molestándolo con el libro, sin preocuparse de la mercancía del trabajo. JiSung se hincó detrás del mostrador, tomando aire para calmarse y así, temeroso, no romper el hechizo que SaeJah le había colocado en su cabeza.

Han JiSung y el gato platinado [#3]; minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora