#. 𝑬𝑹𝑬𝑹𝑰 - 𝐹𝑎𝑛𝑓𝑖𝑐 ִֶָ︕
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¿Qué harías si tu secreto más preciado fuera descubierto por alguien?¿Serías capaz de aceptar sus condiciones y así proteger tu secreto?
Aún así, ¿qué tipo de condiciones o condición?
...
Nueve de la mañana y el castaño ya se encontraba listo para dirigirse al lugar donde sería entrevistado.
No iba a negar que estaba algo nervioso. Armin le había dicho que su amigo no era una persona exigente y seguramente quedaría en el trabajo.
Pero aún así, se sentía algo inseguro.
Cuando el reloj marcó las nueve y media de la mañana, tomó sus cosas y se dirigió al lugar que indicaba la ubicación.
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Era bueno ubicándose y las calles estaban bastante despejadas, así que no tardó en llegar.
Una vez bajó del coche, pudo divisar una pequeña cafetería en la esquina de la calle principal.
Era muy bonita. De grandes ventanales y unas cuantas mesitas con sombrillas al aire libre. Las ventanas estaban decoradas con el logo de la cafetería y unas cuantas macetas con flores, colgadas de éstas.
-Bien -musitó, e hizo una breve pausa-. Aquí voy -terminó de decir el castaño, mientras giraba el picaporte de la puerta e ingresaba a aquel acogedor local.
-Buenos días. ¿Qué desea llevar? -dijo un lindo azabache de tez clara.
-Vaya...-musitó el oji esmeralda, mientras admiraba el "lugar".
-¿Hola?
-¡Oh! P-perdón. No quiero llevar nada -dijo algo nervioso.
-¿Entonces? ¿Qué quieres? -habló algo molesto y desconcertado por la actitud del castaño.
-Ehm...vengo para la entrevista...
No había duda alguna. El azabache tenía carácter.
-Espera aquí -dijo el pelinegro, mientras parecía bajarse de algo y terminar por sorprender aún más al castaño.
¡Era muy bajito!
Una vez el azabache se fue, sólo por mera curiosidad, el castaño se asomó para mirar detrás del mesón donde estaba parado el pelinegro. Dirigió su mirada hacia abajo y sí, efectivamente: era un banquito de madera.
-Pff -emitió el castaño tratando de contener la risa.
-¿De qué te ríes, idiota? -exclamó el azabache mientras se asomaba por la puerta y le dedicaba una mirada asesina.
-¡Ah! N-nada -dijo para después sentarse rápidamente en una de las mesas.
-Tsk.
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-Hola, Eren. Gusto en conocerte -habló un rubio alto y cejón.
-Buenas tardes, señor -exclamó el castaño para después ponerse de pie y estrecharle la mano.
-No es necesario que uses las formalidades, soy joven aún, ¿sabes? Jajaja -dijo orgullosamente-. Erwin Smith, por cierto.
-Jajaja, lo siento. Encantado de conocerte.
-Bueno, ¿Has trabajado en una cafetería antes?
-No. Pero tengo bastante facilidad con la comunicación y fui mesero en un festival escolar...-dijo mientras se rascaba la nuca.
-Ehm, está bien. De igual manera, creo que me serás de gran ayuda para comunicarte con los clientes. Levi siempre los termina espantando -dijo esto último casi susurrando.
-Ey, cejón. Te puedo escuchar, ¿sabes? -vociferó el azabache.
-¿De qué hablas? -exclamó el rubio haciéndose el desentendido.
-Tsk, ya cállate.
-Jajaja -se rió el rubio.
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Después de un rato. La "entrevista" se había dado por finalizada.
-Bien, Eren. Estás contratado -exclamó el rubio mientras le sonreía.
-Muchas gracias, Erwin. Mañana estaré aquí a primera hora.
-Que así sea.
-¡Hasta luego! -exclamó sonriente y feliz el lindo castaño.
-Adiós, Eren, cuídate -terminó por decir el rubio.
-Lo haré -dijo el castaño mientras dedicaba una sonrisa y salía del local.
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-¿Qué te pareció? -habló el rubio.
-Tsk, no está mal -respondió el azabache, de manera indiferente.
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