☕︎ Capítulo 10 ☕︎

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Una vez terminó, salió del baño y lo que vió lo dejó totalmente impactado. No lo podía creer, no podía creer lo que sus ojos estaban viendo. 

Era él…

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¿Que hacía él ahí? ¿Por qué habían vendas sobre el lavabo? ¿Qué hacía Levi ahí? ¿Por qué traía la misma vestimenta que L?

De pronto, todo cobró sentido para el castaño.

-¡Ah! -Musitó un desaliñado pelinegro desde el lavabo. 

-Levi…tú…

Las palabras apenas salían. Le costaba creer lo que estaba viendo. 

-Adiós -Exclamó rápidamente, dispuesto a salir de esa habitación.

-¡Espera! -Dijo apresuradamente, mientras tomaba la muñeca del azabache. 

El azabache se dió la vuelta rápidamente y habló.

-Eren. No se lo digas a nadie, por favor.

El castaño no podía estar más sorprendido. Era la primera vez que veía al pelinegro así. Estaba con una expresión de angustia y con unas cuantas lágrimas que amenazaban con caer por sus mejillas. 

Sabía que no era correcto aprovecharse de una situación así. Pero, tan solo quería una oportunidad. Variadas ocasiones el azabache había rechazado sus invitaciones para poder salir y conocerse mejor. 

No lo negaba. Para nada. Desde el primer día que entró en esa cafetería, el pelinegro había llamado su atención.

Levi Ackerman lo hacía dudar de su orientación sexual en determinadas ocasiones. Pero no le agradaba ser precipitado, ni mucho menos hostigoso. 

Quería conocerlo y así aclarar mejor sus pensamientos. Pero el pelinegro siempre lo había rechazado. 

-Está bien. No diré nada -Respondió firme. -Pero, con una condición. 

El azabache lo miró extrañado. 

-¿Qué condición? - curioseó. 

-Tengamos una cita. 

-¿Qué? ¿Por qué?

-Me interesas. 

-Eso es imposible. Déjate de juegos, Jaeger. 

-No estoy jugando. 

-Tsk. 

-Vamos. Es fácil. 

Después de pensarlo un rato, el azabache respondió. 

-¿Prometes guardar mi secreto si tenemos una cita? -Musitó dudoso. 

-Sí, lo prometo. 

-¿Me lo juras por éste meñique?

-Te lo juro -Exclamó mientras le entregaba una sonrisa señalando que podía confiar en él.

Y así sin más, estrecharon sus meñiques sellando aquel gran juramento que se hicieron. Y sin imaginarlo, acababan de desencadenar algo mucho más profundo. 

-Juro que te cortaré el meñique de verdad si rompes nuestra promesa -Amenazó el azabache. 

-Jajaja, está bien. Prometo no hacerlo -Respondió algo nervioso. 

El pelinegro no andaba con juegos. El castaño sabía muy bien que el azabache jamás mentía y cumpliría sin problemas lo que prometió si éste llegase a revelar su secreto.

 El castaño sabía muy bien que el azabache jamás mentía y cumpliría sin problemas lo que prometió si éste llegase a revelar su secreto

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𝑪𝒐𝒏𝒕𝒊𝒏𝒖𝒂𝒓𝒂́...✍︎

Cántame al oído ﹙𝐄𝐫𝐞𝐫𝐢﹚ ִֶָ︕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora