☕︎ Capítulo 11 ☕︎

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La semana había comenzado nuevamente y ambos chicos se encontraban trabajando en aquella cafetería.

El ambiente era tranquilo, pero no dejaba de ser algo incómodo. Era difícil ignorar lo que había pasado el día viernes después del concierto.

-Emm, sobre nuestra ci- curioseó el castaño.

De pronto el azabache se giró rápidamente hacia el castaño y tapó la boca de éste con ambas manos.

-Aquí no -Susurró mientras lo miraba fijamente.

El castaño no pudo evitar ponerse nervioso...

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Una vez cerraron la cafetería se dispusieron a hablar rápidamente sobre la cita, casi como si lo hubieran estado esperando todo el día.

-Bueno, ¿Dónde quieres ir? -Preguntó el castaño.

-Pensé que ya tenías todo pensado.

-Pensé que ibas a querer decidir...

-Ey, Jaeger. ¿Me veo muy mandón?

-Emm, bueno...yo decidiré.

Después de pensarlo un buen rato, el castaño pareció decidirse.

-Vamos a un parque.

-¿Seguro?

-Sí -Respondió decidido.

-Entonces está bien.

-¿Mañana después del trabajo?

-Bueno.

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El trabajo había finalizado y ambos chicos se encontraban afuera de la cafetería.

-¿Vamos en mi auto? -Preguntó el castaño.

-Está bien.

Una vez llegaron al auto que estaba estacionado a unas cuantas cuadras, el castaño le abrió la puerta del copiloto al pelinegro.

-No sabía que fueras tan cursi, Jaeger -Habló burlón.

-¿Cursi? Para nada. Solo estoy siendo considerado contigo.

-¿Intentas ganar puntos?

-También -Admitió divertido.

-Parece que tienes experiencia en ésto -Musitó en señal de querer seguir el juego.

-No sé, ¿por qué no lo averiguas?

-¿Qué insinúas? -Curioseó.

El castaño sólo se limitó a sonreír de lado y mirar divertido al azabache. Lo cual sorprendió al recién nombrado y terminó desviando la mirada.

-Ya cierra la puerta, tengo frío -Masculló el pelinegro.

-Claro -Respondió divertido.

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Una vez llegaron, decidieron aparcar el coche a unas cuantas cuadras para poder caminar. Iban caminado hacia el parque en un ritmo lento y tranquilo.

No había apuro, así que se dedicaron a disfrutar de la brisa y los sonidos típicos de la calle.

De pronto, el castaño divisó un puestito de café a lo lejos y consultó con el pelinegro rápidamente.

Cántame al oído ﹙𝐄𝐫𝐞𝐫𝐢﹚ ִֶָ︕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora