7- Humor de perros

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Joder. ¿Por qué no contesta? Escucho la contestadora por octava vez desde que desperté.


Quiero tirar el maldito teléfono contra la pared de la habitación.


Debe de seguir enojada conmigo, sé que actué como un hombre primitivo. Pero no tuve control sobre mí mismo, deje que el lobo se adueñara de mí, perdí el control. Ahora Aimi no contesta mis mensajes ni mis llamadas, nada.


Creí que todo se encontraba bien entre nosotros, que las cosas se habían arreglado. Después del mensaje que me envió creí que todo estaba bien. ¿Será por la ropa?


Rick tiene razón, las mujeres son complicadas. No las entiendo, un día están bien y al siguiente te ignoran.


-Te quedarás mirando todo el día la pantalla del teléfono o me llevarás a clases.- Susan se encontraba en el marco de la puerta observándome.


-¿Cuánto tiempo llevas ahí?- Le pregunte mientras marcaba otra vez el número de Aimi.


-El suficiente.- La contestadora volvió a sonar.- Debe de estar dormida Noah.


-A esta hora ya debe de estar en su escuela.- Me dirigí a la salida sin esperar a Susan. Podía sentirla caminando detrás de mí.


-A lo mejor se le daño el teléfono.- No respondí.- Quizás lo dejo en casa.


-No hay ninguna excusa Susan, ella me está ignorando eso es todo.- Sentía a mi lobo enojado no solo con Aimi sino con mi lado humano.


Realmente la necesitaba, necesitaba su cercanía, su voz, su tacto. Joder.


Cada día es más difícil que el anterior.


-Ella no te está ignorando, tuvo que haber pasado algo.- Insistió.


Era lo que más deseaba, que de verdad ella no estuviera enojada.


-De verdad deseo que tengas razón.


Nos dirigimos a la escuela en mi auto, era la típica rutina de siempre. Sin embargo hoy se sentía diferente, era molesta. Me sentía cansado y sin ánimos de hacer nada.


Quedarme en casa sería genial pero siempre hay algo que lo mejora todo.


La compañía de Aimi.


Sin prestarle atención a los caminos llegamos rápido a la escuela. Susan salió disparada como siempre. Abandonándome en el auto. Solo.


Siempre era así, por alguna razón hoy me sentía herido por su comportamiento.


Sabía que en el pasado había tenido muchos problemas para hacer amigos. Se alejaba lo más posible de mí, haciéndole creer a la gran mayoría de la escuela que nuestra relación no era buena.

El libro de Noah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora