4- Problemas en la tienda.

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-Noah. -me llama la atención mi madre.-Estamos en la mesa, suelta el teléfono.

-Pero mamá estoy hablando con Aimi.- me queje haciendo un pequeño puchero. Mamá solo puso los ojos en blanco mientras Susan soltaba una risita. Papá miraba divertido la escena mientras se comía sus panqueques.

-Lo siento pequeña.- escribí al enterarme de que estaba castigada. Mis planes de salir hoy se encontraban rotos.

-No es tu culpa. Es la de alguien más.

El que no me culpara era un punto para mí. ¿No?

-¿Nos vemos mañana?

Pregunte cruzando los dedos.

- ¿Me vas a dar mi camiseta?

Oh, mierda.

-¿Mamá que sucedió con la camiseta blanca de Aimi?- pregunte recordando nuestra charla. Después de interrogarme por haber encontrado la camisa con mi sangre y haber exigido una explicación se había ofrecido a lavarla.

-La queme.- dijo llevándose el vaso de jugo a los labios.

-¿Qué hiciste qué?- pregunte histérico.- ¿Por qué rayos hiciste eso?

-Para que tuvieras una excusa y le regalaras algo.- dijo tranquilamente sin alterarse.

-Pero dijiste que la podías desmanchar.

-Mentí. La sangre jamás saldría de esa camisa.- se encogió de hombros.- Es tu oportunidad cómprale algo lindo.

Devolví mi vista hacia el teléfono. Quizás mamá tenía razón. Esta era mi oportunidad de darle un regalo a Aimi.

-¿Si te digo que sí, te puedo volver a ver?

- Si.

Esperanza.

- ¿Entonces mañana te paso buscando después de que salgas de clases?

No quería que pasara un minuto más lejos de mí.

- No, creo que es mejor evitar problemas.

La frase me sentó como un balde de agua fría.

- ¿Crees que no los puedo manejar?

- No es eso, es solo que prefiero no estar en el centro de atención.

-¿Es solo eso o te avergüenzas de mi compañía?- pregunte antes de poderme contener.

-¿Cómo vas a creer que me avergüenzo de ti? Es solo que no quiero PROBLEMAS.

Escribió la última palabra en mayúsculas.

Prometo no causar PROBLEMAS. Te pasare buscando después de clases.

Quería suplicarle.

-¿No me puedes traer la camiseta a casa?

- No.

-Si puedes.

-Si puedo más no quiero.

No quiero. No quiero. La quiero ver.

-¿Por qué no quieres?

- Bueno... tenía un plan secreto pero te lo voy a contar. Planeaba secuestrarte y encerrarte en mi casa, y no dejarte ir nunca más. Muajjaa Muajaaa...( risa malvada)

Sé que fui un poco inmaduro pero cuando llego su mensaje sonreí como un idiota.

- ¿Y qué harías conmigo durante todo ese tiempo?

El libro de Noah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora