Deku

Los hijos del fuego

Según la leyenda, cuando le llegaba la hora de morir, el ave Fénix hacía un nido de especias y hierbas aromáticas y ponía en él un único huevo. Después de empollar durante algunos días, una noche, al caer el sol, el Fénix ardía espontáneamente, quemándose por completo y reduciéndose a cenizas.

Gracias al calor de las llamas, se terminaba de empollar el huevo y, al amanecer, el cascarón se rompía, resurgiendo de entre los restos aún humeantes el ave Fénix. No era otra ave, era el mismo Fénix, siempre único y eterno, aunque siempre más joven y fuerte que antes de morir.

Siempre más sabio porque tenía, además, la virtud de recordar todo lo aprendido en su vida anterior.

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Si le preguntas a Deku él siempre te dirá que tiene algo con el fuego, hay cierto gusto, cierta atracción incontrolable e inexplicable hacia él... Como si lo llamara para arder. Quizás él nació para ser uno con el fuego, para arder sin miedo ni control... Para extinguirse como humo y dejar atrás solo un borrón de carbón.

Había un poema que le gustaba mucho al pecoso, más que un poema era una narración de estilo romántico que abusaba del lenguaje metafórico, dicho texto era una mezcla de sentires y emociones que se propagaban como un fuego bien alimentado antes de extinguirse... Sí, él tenía algo con el fuego, algo incontrolable y sutilmente tentador.

De vez en cuando repetía el poema en voz alta, a Sensei le gustaba eso. De hecho, fue Sensei quien en más de una ocasión lo comparó con el fuego.

El texto se titulaba "Nacida para arder" y decía lo siguiente:

"Cuando toqué el cielo con mis alas extendidas lo supe, yo había nacido para ser libre, más libre que nadie.

Fui donde ningún humano puede llegar naturalmente y me fundí con el cielo mismo en una danza de plumas, gritos y risas distorsionadas. Nací para ser libre y morir con esa misma libertad.

Nací para arder en llamas, porque no hay mayor libertad que la muerte. Dejen que el fuego me consuma con su apetito voraz y besos carnívoros que destruyen mi ser sin delicadeza ni piedad.

Yo nací para volverme cenizas. Polvo eres y en polvo te convertirás.

Que hermoso es caer ardiendo desde lo alto, tal cual un fuego etéreo, con destellos de llamas ardientes que dejan una estela de carne quemada y besos fogosos que se encienden con la gula de un devorador sobre mi ser.

Quiero desaparecer. Cenizas y polvo de hueso bajo el sol del amanecer.

Un haz de fuego, luz y decadencia. Nací para arder en llamas bajo el sol y caer a la tierra con la belleza distante de una estrella fugaz.

Así es mi libertad... Como una llama abrasadora que todo lo devora, soy una carnívora destructora y estoy rodeada de emociones burbujeantes que me empujan hacia lo alto para estar sola.

Nací para arder como un papel bañado en alcohol, soy humo, fuego y un borrón de carbón.

Y voy cayendo desde el cielo como Ícaro, cubierta en llamas de mi propia autodestrucción. Soy un cometa, un meteorito en llamas y aunque muera renaceré de las cenizas como un fénix abrasador.

Porque nací para arder cariño y me estoy cocinando a fuego lento mientras cuento cada momento antes de fundirme con el viento.

Soy fuego, energía y remordimientos. Porque para mí siempre fue el fuego y el calor del momento".