A la mañana siguiente, bajamos de la habitación y vimos una noticia en el tablón de la sala común de Slytherin en el que hizo protestar a todos. Las lecciones de vuelo comenzarían hoy jueves... y Gryffindor y Slytherin aprenderían juntos.
Para mí no suponía un problema, así vería a mis amigos y a mi hermana. Pero a los demás no les hizo mucha gracia.
D= Perfecto. (Dijo en tono sombrío) Justo lo que siempre he deseado. Ver cómo Potter hace el ridículo con la escoba.
E= Vamos, Draco, no seas así. Todos estamos aquí para aprender a volar, ¿no?
D= Sí, perdona, Evie. No sé por qué no me llevo bien con tu primo, al contrario que contigo. Sois dos personas totalmente diferentes.
E= ¿Gracias? (Dije riendo)
Draco y yo nos abrazamos.
La verdad es que había juzgado demasiado pronto a Draco. Parecía un buen chico, a pesar de todo, aunque fuese un niño de papá, en el fondo no es mala persona.
Tenía muchas ganas de aprender a volar, la verdad, pero estaba muy nerviosa, porque no sé cómo lo voy a hacer. Eso era algo que no se podía aprender de memoria en los libros, aunque lo había intentado. Encontré algunas notas sobre el vuelo en un libro de la biblioteca, llamado Quidditch a través de los tiempos.
En cambio, Draco siempre hablaba de lo bueno que es en el quidditch, pero seguro que lo hace por alardear.
La verdad es que hablaba mucho sobre volar. Se quejaba en voz alta porque los de primer año nunca estaban en los equipos de quidditch y contaba largas y jactanciosas historias, que siempre acababan con él escapando de helicópteros pilotados por muggles. Menudo elemento está hecho.
Aquella tarde, a las tres y media, los Slytherins estábamos ya en el parque, para asistir a nuestra primera clase de vuelo, y también las veinte escobas, cuidadosamente alineadas en el suelo. Era un día claro y ventoso. La hierba se agitaba bajo los pies en dirección a un prado que estaba al otro lado del bosque prohibido, cuyos árboles se agitaban tenebrosamente en la distancia.
Al poco, llegaron los Gryffindors y saludé a Harry, Ron, Hermione y a Sophie.
Entonces llegó la profesora, la señora Hooch. Era baja, de pelo canoso y ojos amarillos como los de un halcón.
ESTÁS LEYENDO
1. Evelyn Evans y la Piedra Filosofal
FanfictionEvelyn Evans, una chica de doce años vive con Severus Snape; el profesor de pociones, en una casa a las afueras de Londres. Muchas veces sentía que ella no era normal, hasta que un buen día recibe una carta que cambiará su vida para siempre. En ella...