Capítulo 2: Miedo.

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Cuándo la señora Saoirse se despertó, eran las doce de la media noche. Un policía pasaba cerca, se estacionó con su coche de policía al lado de la señora que estaba alarmada por la noche oscura. Tocó su corneta y llamó al oficial. Se bajó de su auto y le preguntó:

- ¿Sucede algo, señorita?

- Soy señora, la señora Saoirse Ramírez...bueno, era, ahora soy solo Saoirse Duran... Eh- tartamudeaba la mujer-...temo que no sé dónde estoy.

- ¿Hacia dónde se dirigía?

- Eh...iba a llevar a mi hija, Anya a un especialista, es muda...c-creo que se-se quedó...dormida...

La mujer se dio cuenta de que estaba parada frente a un club dónde se oía música a todo volumen. De la puerta principal salía un hombre borracho persiguiendo a una mujer en minifalda y tacones.

- Señora, este no es lugar para una mujer.

- ¡Para un hombre tampoco! ¿Cómo diablos he llegado hasta aquí? 

Saoirse se volteó y no vio a su hija. Se puso a gritar.

- ANYA, ¡ANYAAAAAAA!

- SEÑORA DURAN, POR FAVOR CÁLMESE.

Pero Saoirse no paraba de llorar y gritar. 

En la comisaría el oficial llevó a Saoirse. Un compañero se reía.

- ¡Oficial Peters! ¡Viene con una novia!

Saoirse lloraba.

- No estamos para bromas, Alan, debo hablar con el jefe.

El oficial Peters hablaba con su superior.

- George Peters, ¿dice que la encontró en ese club?

- Así es, señor. No sabe cómo llegó allí.

- ¿Y usted qué hacía rondando por esos lugares tan vulgares?

- Mire, eso no es asunto suyo. El punto es que ella tiene una hija y ha desaparecido.

Era el turno de la entrevista a la señora Duran.

- ¿Toma usted drogas?

- No...bueno. Tomo medicación...

- ¿De qué está enferma?

- De la mente.

- ¿Es esquizofrénica?

- Tengo depresión.

- ¿Entonces, está loca?

Saoirse se quedó callada y comenzó a llorar.

- Describa a su hija.

- Muy blanca, cabello castaño, ojos cafés...

- ¿Cómo iba vestida?

- Un vestido azul con flores verdes...o unas hojas verdes... unos zapatitos negros, medias blancas...

La señora Saoirse sacó una foto de su bolsillo. Estaban Anya y su padre.

La niña fue buscada por todos lados, cinco años después de desaparecida, se le dio por muerta. Legalmente, Anya Ramírez ya no existía.

Saoirse estaba atormentada. No podía perdonarse el haber perdido a una hija. Se sentía estúpida, la peor madre del mundo. Le había fallado a su marido, quién no soportaba su mal temperamento. 

Josué Ramírez, estaba de duelo por la pérdida de su hija. Sentía que le había fallado a su esposa por dejarse llevar por su falta de paciencia. Vivía solo en un pequeño apartamento. Conservaba una foto de su día de boda. Apenas se habían conocido antes de casarse. Después de convivir como su marido, se dio cuenta de que su mujer tenía serios problemas emocionales, o quizá de actitud o carácter. Pensaba que sencillamente ella no quería hacer las cosas bien, que no se entregaba lo suficiente. Que lo odiaba y por eso a veces estaba de buenas y a veces se comportaba cómo una loca histérica que empezaba a insultar sin razón. El señor Ramírez había perdido el juicio y no quedó bajo la tutela de la niña. Cinco años después, cuándo dieron a su primogénita por muerta, quiso volver a saber de su ex. 

Juego de Ajedrez - Isabel Bazó [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora