Capítulo 11: Los ojos de Anya.

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Luego de rogarle a su raptor que la llevara a una librería, el señor Hamilton se lo pensó, y creyó conveniente permitírselo. No obstante, él iría con ella y la tendría vigilada.

El día sábado 9 de Julio la señora Saoirse estaba alterada. Su hijo Georgie no quería aprender inglés. Al pequeño Georgie le gustaba mucho leer. Se deleitaba con relatos de fantasía, historias de detectives, dramas... No solo cuentos. Libros largos sobre vidas cotidianas. Georgie había terminado de leer la colección de Shelock Holmes. Ahora quería un libro tranquilo.

- ¿Mujercitas? - preguntó su madre arqueándo las cejas al escuchar la petición de su hijo- ¿No habrá un libro titulado Hombrecitos?

- Creo que sí, mamá. Pero es secuela. Quiero leer mujercitas.

- Pero esos no son libros para machos.

- Me dijeron en la escuela...cuándo vivíamos en casa - añadió haciendo puchero - Que era un libro con muchos valores.

Saoirse suspiró.

- Y dale con los valores... La moral, lo correcto... Hijo mío a veces me preocupas - dijo ella por no decir "me enfermas".

- No veo que tiene de malo.

- No tiene nada de malo y eso es lo que me preocupa. Deberías estar jugando a la guerra, jugando futbol todos los días, escupiendo al suelo, diciendo tus primeras palabrotas... Así es cómo tiene que ser un macho.

- Pero yo soy un macho...es decir, un muchacho. Nací muchacho, siempre seré muchacho...bueno, luego creceré para ser un hombre. Pero tratar de ser recto y con valores no me va a convertir en otra cosa.

- Tu papá no era así. Era rudo.

- Papá ya no está aquí. Y siempre lo insultabas. Eso no te hizo menos mujer. Papá cometió errores que no lo hicieron más hombre.

- Vaya sabelotodo que me tengo que aguantar... ¿Qué sabes tú de los errores de tu padre?

- Yo sé que tenía amantes. No quiero juzgar a mi padre pero juzgo esa acción cómo incorrecta.

- Escúchame con atención George Peters. No hay un bien. No hay un mal. No puedes tachar algo de correcto o incorrecto. Tienes unas creencias e ideas de la vida muy absurdas en mi humilde opinión. Pero te llevaré a comprar tu torpe libro porque me parece conveniente. Aprenderás inglés leyendo en inglés. Por supuesto que sí, George Peters. Las librerías de aquí tienen libros en inglés. ¿Creías que ibas a tener Mujercitas? Tú vas a obtener Little Women. A ver cómo te las arreglas para entender.

Saoirse llevó a su hijo a la librería Sunny Place. Ella tenía ganas de quedarse fuera fumando. Pero decidió entrar para cercionarse de que Georgie no encontrase libro en español.

Saoirse entró a la librería. Se puso a mirar los libros en los estantes. La mayoría eran libros mundanos. Georgie le pidió a su madre:

- Mami, dile a la vendedora que me busque mujercitas.

- Él que va a comprar eres tú. Entiendete con la vendedora y pídele mujercitas.

- Pero no sé inglés.

- Ah. Pues ese no es mi problema.

Georgie se armó de paciencia y fue hacia la vendedora con la esperanza de que supiera español.

Elizabeth y el señor Hamilton entraron a la librería. Lizzie fue a buscar libros acerca de Ajedrez.

La señora Saoirse estaba mirando un libro acerca de belleza y cómo cuidar el cabello. Se giró y pudo ver a una chica de cabellera color cobrizo.

- Se nota que usa extensiones. Quizá hasta peluca - se dijo.

La chica pelirroja cobre, puso un libro de Ajedrez en su lugar. Se giró para buscar otro. Fue un giro incompleto. El necesario para que la señora Saoirse abriera los ojos. La miró y estuvo sorprendida. Se parecía mucho a su hija Anya. Saoirse avanzó para verla de cerca.

El señor Hamilton reconoció a la señora. Era la misma que había visto hacía más de diez años. La mujer a la que le había quitado su única hija.

Rápidamente, el malvado raptor se fue caminando hacia Lizzie, se puso en medio para que ella y su madre no hicieran contacto visual y la sacó de la librería.

- ¿Por qué nos vamos?

- Iremos a una mejor librería. Confía en mí. Aquí no vas a encontrar nada bueno.

Saoirse aceleró el paso. Se llevó al pequeño Georgie de la librería halando su brazo. Caminaron hacia dónde se dirigía el señor y la chica pelirroja. Ellos se metieron en un auto con ventanas oscuras. Saoirse gritó.

- ¡Esperen un momento!

El hombre arrancó el auto. Saoirse se metió en su cochecito. Empezó a ir tras el auto de oscuras ventanas. Manejó tan rápido como pudo. Fue una persecución acelerada.

Elizabeth no comprendía qué estaba sucediendo. Pero estaba asustada. Pudo escuchar a una mujer detrás gritando.

- ¡Anyaaaa! ¡Aaaaanyaaaaa!

Lizzie tuvo un flashback. Estaba pequeña, en los brazos de su madre que cantaba "mi dulce Anya".

Lizzie trató de bajar el vidrio. Al no poder, lo empezo a golpear hasta que lo quebró.

- MAAAAAMIIIIII.- Gritaba Elizabeth.

El señor Hamilton dio una vuelta en U. Se fue a toda velocidad esquivando los autos que venían de frente y se metió por otra calle. Saoirse no pudo seguirlo. Se bajo del carro y gritó cómo una histérica.

Elizabeth y el señor Hamilton iban a toda velocidad a casa.

Elizabeth estaba en shock.

El señor Hamilton encerró a Elizabeth en el subsótano junto a Daniel. Ella empezó a repetir una y otra vez sin detenerse:

- Mi verdadero nombre es Anya... Mi verdadero nombre es Anya, soy Anya...

Daniel estaba preocupado. Lizzie no salía de su estado. Parecía muy afectada. Si bien era muy blanca, ahora era más pálida que nunca.

- ¿Qué te pasa, Lizzie? Dime que te ocurre. ¿Qué ha pasado?

- No lo sé... Daniel. No la vi. Pero la escuché.

- ¿A quién?

- Era mi madre. Gritaba Anya, ¡Anya!

- Quizá estabas recordando.

- Pero no fue solo mi imaginación. Mi mamá está aquí. Yo la escuché.

- Es muy poco probable... Yo creo que tuviste un recuerdo muy vívido.

- Fue mucho más que eso Daniel. Estoy segura de que me estaba buscando. El señor Hamilton huyó sin razón. Esto no es cualquier cosa. Quizá estuve a unos pocos metros de distancia de mi querida madre. Oh, Daniel. Si tan solo hubiera visto su rostro. Habría corrido a abrazarla. Si tan solo el mal no hubiera sido tan astuto. Si tan solo nos hubiéramos mirado a los ojos una vez más...

Juego de Ajedrez - Isabel Bazó [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora