capítulo trece

533 56 32
                                    

«𝙰 𝚜𝚞𝚜 𝚘́𝚛𝚍𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚙𝚊𝚝𝚛𝚘́𝚗»

•-Capitulo trece/[13]🌺

☁~ ~ ~☁

Tweek y Craig volvían a casa después de un largo camino,habían llegado agotados, ir por Tweek a la mansión de un demonio, regresar con el modo terapia activado, toparse cholos en el camino; Y finalmente terminar en conflictos, cosa que era agotador.

Joder, cuanto deseaba que Tweek se recuperará, pero así lo ama.

Después de gran desastre, Tweek no pudo evitar despertar en medio de la madrugada con frío y el viento en su rostro a sentir que se ahogaba ¿ataques de ansiedad? No, ojalá; El muy joto necesitaba algo más allá.

Una maldita adicción de mierda.

—N-Necesito, necesito droga.-Dijo esto ultimo el rubio ansioso,con recelo.—¿D-Donde?—Se preguntó, se levantó de su cama y se dirigió hacía su mesedor.

Se miró en el espejo, estaba sufriendo.

—Claro.—Susurró.—¡S-Satán, él puede darme unos!—Pensó.—¿Pero y si no? ¿Como no va tener? ¡E-Es tremendo Narco!c-casi, casi terrorista.—Escuchó pasos de una persona caminando y se atemorizó de que lo hubieran escuchado.

Se asomó por la puerta un poco y la vio.

—Que sueño.—Mencionó una chica para si misma, entrando a su propia habitación.

[. . .]

Tweek estaba regresando a la mansión del señor Satanás, de paso visitaría a sus amigos albañiles ¿No es así?

¿No?-

Tweek se encontraba un perdido, pero pasó al lado de una esquina de una tienda llamada "La tienda: Exotic Butters."; Joder, que gran nombre.

Al paso que iba jamás iba a encontrar el lugar al que debía llegar, estaba perdiendo la esperanza y sentía que se ahogaba cada vez más hasta que se tropezó con una pata toda endemoniada, ay que miedo, me mie.

—Ya estás.—Dijo una voz algo atemorizante, tomando al chico rubio por los cabellos antes de que se zarpe un madrazo.—Ven aquí ¿Tienes el dinero?

Tweek suspiró con alivio y a la vez con un poco de miedo.

—Sí, claro señor Satán.—Le dió el dinero al demonio, gobernante del inframundo esperando a cambio su droga hasta que finalmente se la dio —G-Gracias,señor.

—No hay de que.— Le sonrió con ironía.

Quedaron en completo silencio hasta que Satán reaccionó, y Tweek se paralizó.

—¿De dónde sacaste el dinero? casi nadie suele tener dinero para esto, al menos no a 570 pesos mexicanos.—Alzó la ceja con curiosidad.—Y menos para un mocoso como tú.

—Uh, pues.-—Se quedó en silencio.—Le robé... a la hermana de mi novio.—Se ruborizó avergonzado.

—Por el amor de Satanás.—Dijo Satanás.

𝙰 𝚜𝚞𝚜 𝚘́𝚛𝚍𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚙𝚊𝚝𝚛𝚘́𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora