𝙰 𝚜𝚞𝚜 𝚘́𝚛𝚍𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚙𝚊𝚝𝚛𝚘́𝚗

capítulo nueve

«𝙰 𝚜𝚞𝚜 𝚘́𝚛𝚍𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚙𝚊𝚝𝚛𝚘́𝚗»

•—Capitulo nueve/[09]🌺

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Craig y Tweek caminaban juntos tomados de la mano yendo directamente hacia su hogar, a pesar de la gran timidez y ansiedad que invadía a Tweek; A este le había agradado Pip, así intentando convencer a su novio de que vuelvan a verlo.

Pero esta vez con su compañía, o sin dudas, sí que estallaría de ansiedad.

—¿Quieres volver a verles, verdad?—Craig miró a su novio, la mirada de él era serena hasta que notó que Craig estaba totalmente serio, más de lo normal.—Tweek...—Se dio cuenta de su error al reaccionar tan bien ante la decisión de su pareja, así que suspiró para dedicarle una tierna sonrisa.

Cosa que calmó al rubio.

—Está bien, volveremos a verles.—Dejó de caminar para tomarle de la mejilla a Tweek.—Iré contigo, a donde sea que vayas.—Su corazón empezó a acelerarse rápidamente como si de taquicardia se tratase.

—G-Gracias, Craig.—Se formaron en un tierno abrazo.

—¿Deseas volver con los demás de los nuestros?—Preguntó Craig ruborizado pero manteniéndose sereno, a lo que Tweek asintió con la cabeza mientras sonreía.

[. . .]

Los llantos de Damien eran abrumadores pero pronto se convirtieron en sollozos realmente inaudibles, difíciles de escuchar; Pip ya se había percatado de eso mucho antes,por lo cual dudaba si entrar a su habitación.

¿Acaso debía?

—¿D-Damien?—Tartamudeó con miedo en su voz, pues no era cualquier Damien ¡era el bendito hijo de Satanás! oh, sí, muy irónico eso.—S-Soy Pip.

Tocó con delicadeza la puerta para pedir permiso de entrar; Cosa que Damien no escuchó por concentrarse demasiado en su tristeza.

"Mamá."

—Bueno, Damien.—Se detuvo a tragar saliva.—Sí te asusto, no me culpes.—Susurró esto último, entró a la habitación y vio el oscuro cuarto del chico híbrido.—¿Damien?

Y antes de que él pudiera reaccionar al escuchar la voz del contrario, sintió unas cálidas manos pasar por su cuello y pecho, estaba siendo abrazado y el sollozo se detuvo,por el impacto de la sorpresa.

Damien quería hablar, pero su nudo en la garganta se lo impedía.

—¿Deseas que me retire?—Preguntó Pip con una voz acaramelada que hizo ruborizar de la vergüenza y de nervios a Damien.