• Chapter 8: Bad vibes •

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» Chapter 8: Bad vibes. 
          
          
          
Al otro día, Kaeya tenía pensado hablar con Diluc sobre lo sucedido.
          

Quería aclarar el significado de aquella marca para su futura relación y el motivo por el que le había pedido un acto tan importante de un instante a otro.
          

Pero no pudo interrogarlo como planeaba.
          

Él no había ido al Instituto.
          

Kaeya se quedó de pie en la entrada del establecimiento esperando que aquel automóvil negro con vidrios polarizados apareciera en la avenida principal para dejar a Diluc en clase.
          

Y pese a lo atento que estaba a cada vehículo que transitaba por la calle, ninguno se detuvo frente al colegio como en esa ocasión.
          

Creyó que quizá el Omega había llegado mucho más temprano y ya estaba en la sala de clases, pero cuando llegó hasta allí, solo encontró a Rosaria y Childe sentados en sus respectivos puestos.
          

Ninguna señal de Diluc Ragnvindr.
          

—¿Qué pasa con esa cara tan amargada? —Le preguntó su mejor amigo mientras Kaeya arrojaba su bolso sobre el mesón, dejándose caer sobre la silla con un sonido sordo.
          

—Te ves abatido. —La mujer escupió el chicle que había estado masticando por la ventana abierta y antes de que el moreno le criticara por haber hecho un acto tan poco femenino, volvió a hablar para interrumpirlo. —¿Diluc te rechazó?
          

Kaeya cambió de inmediato su expresión de decepción por una sonrisa amplia.
          

No había tenido la oportunidad de contarles lo sucedido a sus amigos e incluso había pensado mantenerlo en secreto por un tiempo, pero aquel comentario hirió su orgullo de Alfa y tuvo que soltar, aunque fuera un poco, lo que había ocurrido el día de ayer.
          

—Yo no estaría tan seguro. —La mirada traviesa que le brindó a ambos provocó que Tartaglia de inmediato captara la indirecta, aplaudiendo como una foca solo para celebrar el avance del moreno incluso si no sabía qué era lo que diría. —Lo he mordido.
          

—¡¿QUÉ?!
          

—¡BIEN HECHO!
          

Las reacciones diferentes de sus compañeros le causó una carcajada, y se inclinó hacia adelante para bajar el tono de voz, tampoco deseaba que alguien más se enterara de ello.
          

—Es una broma ¿verdad? —Rosaria parecía fuera de sí esperando una explicación coherente a aquel disparate que había lanzado. —Él no lo habría permitido... Nunca dio señales de.
          

—¿Y qué sabes tú? —Childe la empujó hacia un lado para defender a su amigo, quién ni siquiera se esforzó en brindar un mejor contexto cuando el mayor lo haría por el. —Quizá es el destino que ha caído sobre ellos o quizá el Omega no pudo con la seducción de tremendo partido que es Kaeya Alberich.
          

Nuevamente se largó a reír por la última frase que el chico había pronunciado. Estaba más que claro que ese no era el caso, pero de todas formas se dejó adular un poco incluso si Rosaria parecía a punto de querer asesinarlos a ambos.
          

—¿Lo forzaste, verdad? ¿Cómo fue? —Sabía que no iba a poder librarse de dar los detalles, así que simplemente suspiró profundo sabiendo que no podría dar por terminada aquella conversación hasta satisfacer la curiosidad de sus mejores amigos.
          

• I'll find you • [ Kaeluc | Genshin Impact ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora