Los vecinos de calle Arcoíris [PAUSADA]

28. Limones verdes, no listos

And you should know if I could

I'd breathe you in every single day

Hands To Myself - Selena Gomez

En mi primer día de trabajo mi compañero me enseñó cómo se atiende: llevas la bandeja con la mano izquierda centrada y sirves con la derecha. Es una regla de etiqueta. Sin embargo, al entrar al sauna la limonada que llevo amenaza con derramarse de su vaso.

—Te estabas tardando, acosador.

Debo sujetar la bandeja con ambas manos.

Maxine está echando agua en el cazo de madera. El contacto del líquido con las piedras emite el sonido del siseo de las serpientes. Una nube de vapor se eleva en el aire. A través de la neblina veo su expresión juguetona. Su cabello está suelto, adherido a sus mejillas, sus hombros y su espalda, rizándose en las puntas. Su piel está brillante y las gotas resbalan por ella. Tiene una toalla atada con flojera a la altura del busto, pero cuando se sienta sube por sus muslos de una forma que no debería ser legal.

Sonríe y extiende una mano, esperando su refresco.

Sabe lo que hace, de eso no hay duda.

—A tus servicios. —Se la entrego con una reverencia antes de dar la vuelta—. Disfrú...

—¿No te quedas un rato?

Me lleva la que me trajo.

Abrazo la bandeja contra mi pecho y echo la cabeza un segundo hacia atrás, observando el techo antes de girarme. Con el sorbete en la boca le da un par de palmaditas al asiento a su lado.

—Estoy trabajando —me excuso.

—Estás atendiendo a una clienta —corrige.

Se me escapa una sonrisa.

—No tengo la vestimenta adecuada para estar aquí.

Se encoge de hombros. Por un momento sus ojos dicen «bueno, te quitas todo y problema solucionado». O eso es lo que mi cerebro quiere que diga aunque no sea algo posible de concretar, pero lo que vale es la intención, ¿no?