I'm waking up, I feel it in my bones
Enough to make my systems blow
Radioactive - Imagine Dragons
—¡Hola, hola, traje magdalenas! —exclama un desfachatado Hugo cuando Charity abre la puerta de su hogar.
Lástima que decidió ser una mierda de padre, porque podría ser su hogar también.
Raven y yo lo seguimos de cerca, metiéndonos también a la casa, y le hacemos un ademán amistoso a la única mujer de la familia Quach, quien nos sonríe brevemente antes de volverse a dirigir a su antigua pareja. Hugo, por supuesto, está tan enfocado en hacer su aparición estrella que no se ha dado cuenta de que uno de sus hijos está detrás de él. Tampoco se ha percatado de que un enfermero indio subió las escaleras a la velocidad de la luz, en busca de la abuela escapista que invadió el terreno otra vez.
Para Charity se volvió una moneda tan corriente que ya ni gasta saliva en recibir a Shubham. Tristemente, debe perder su tiempo en otra persona:
—No puedes aparecer así de la nada, Hugo. Para algo coordinamos horarios y tratamos de encontrar un equilibrio que te convenga... todo a costa de nuestras responsabilidades. ¿Qué esperas de nosotros? —pronuncia una madre muy agotada, caminando con el pesar de un gran estrés—. La casa es un desastre, los chicos están dispersos, ¿qué puedo decirte? Hasta tenemos a la abuela del vecino disfrutando de los videojuegos con Angus. No es un buen momento.
Hugo hace caso omiso a las palabras de su exmujer. Es más, ni siquiera se gira a mirarla. Su actitud roza lo irrespetuoso. ¿Quién se cree que es para meterse en un hogar ajeno y ni siquiera mostrar un poco de educación? Su estupidez es lo que hace que todavía no se dé cuenta de que seguimos en su retaguardia, con su hijo observándolo en completa tensión.
Deja la caja de magdalenas en un estante frente a él y se saca la campera con comodidad, como si fuera la figura paterna que los chicos nunca tuvieron y que vuelve a su casa luego de una ardua jornada laboral.
—No te pongas tan estructurada, ¿quieres, Charity? Vine a saludar a los niños, seguro se pondrán felices de verme —dice con un dejo de soberbia que aparentemente hierve la sangre de Raven, quien toma mi mano con más fuerza y frunce el ceño al oír las palabras del ausente adulto—. ¡Angus, Flint, Raven! ¡Llegó papá con magdalenas!
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Los vecinos de calle Arcoíris [PAUSADA]
Teen FictionLuego de la tormenta aparece el arcoíris, pero... ¿qué haces cuando el destino se roba los colores? ------------------------- Esta historia corta es parte de una co-autoría con la maravillosa e única @CreativeToTheCore. La portada fue realizada por...