— Fuera – me saca y entramos a la casa.
— Espérame en la sala de estar, mientras subo por ellos – acepto y le hago caso.
Reposo la cabeza en la cabecera del sillón y cierro los ojos por un momento, inhalo el rico olor, el aromatizante < tenía tiempo que no...>
— levántate de ahí harapienta – toma mi brazo y me arrastra fuera del sillón. Muerdo mi lengua por la presión en el cardenal. Safo de su agarre y lo veo mal.
Una sonrisa cínica abarca toda su cara – sabes, una cosa es ser oxigenado y otra muy diferente un patán. — Expreso — y tú no llenas a ninguna porque tu ego machito supera todo.
— ja, estupideces, es lo que sale de tu boca. — cruza los brazos.
— sabes, pareces un niño pequeño, en vez de una persona madura.— se tensa. — y mira que hablo contigo desde hace una media hora, ¿te imaginas que más mierdas puedo sacar de ti en un día? – entrelazo mis manos detrás de mi espalda inclinándome un poco adelante.
— no voy a seguir escuchado tu esquizofrenia.
— claro, dile esquizofrenia, a todo lo que te digo por qué no te estoy lamiendo las pelotas, que básico. — ruedo los ojos.
Va a contestar, pero es interrumpido por alguien – espero fervientemente que te disculpes Jasper – exclaman. Veo y está la pelinegra con unos libros junto al castaño, sin prestar atención, me pasa, por un lado, y se sienta en el sofá.
— no tengo que pedir disculpas a alguien, en mi propia casa. — dice malcarado y se larga escaleras arriba.
Sumémosle prepotente.
< si >
— larguémonos – echa fuego por los ojos. — Gracias Bal, te debo una – mueve la cabeza.
Salimos de esa casa y caminamos a la mía. Charlamos de muchas cosas y se disculpa en su nombre, le resto importan y le digo que ella no es la que sé de ve disculpar. Pregunta varias veces si vivo, lejos, pero le doy largas.
Vaya sorpresa.
< ni lo dudes>.
En el camino un cuerpesito le brinca encima y ella feliz da vueltas con él.
— ¿Cómo esa mi pequeña clemencia? – pregunta con una voz chillona.
— bien – dice nervioso rascándose la cabeza.
— Mm, me cuentas en casa que paso. — lo ve acusadora —hola papi.
— Hola mi vikinga – abraza, se dan cuenta de mi persona y le hago señas de que no hablen.
— papi, voy a su casa a hacer una trabajo – enrosca nuestros brazos – Hathor, ellos son mi papá y mi hermanito.
— muchos gustos – sonríe cómplice.
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Perro que no ladra, si muerde
RomansaUn chico + una chica = amigos Amigos + sentimientos = novios. Una suma cotidiana, en la vida normal de un adolescente. Pero como yo y nada a mi alrededor es normal, significa que soy la suma de muchas cosas. Para explicarte mejor, pongamos en una li...