Conocer.

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Después de una exhaustiva conversación que incluyo, golpes, gritos e insulto acompañado de una tortura de cosquillas, las cosas se arreglaron, bueno, no

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Después de una exhaustiva conversación que incluyo, golpes, gritos e insulto acompañado de una tortura de cosquillas, las cosas se arreglaron, bueno, no. Ahora lo que quieren es conocerla y ver si es ''buena'' para mí. <una locura en mi opinión>, pero prefiero eso a que me sigan hostigando y les diga algo no muy bonito.

Hoy despierto incómoda e intento salir de la enredadera de manos y piernas, logro mi cometido y salgo moviéndome a la cocina, la panza me gruñe y el olor se me hace agua a la boca.

— hola cariño.

— buenos días – me siento.

— más bien buenas tardes – apunta el reloj.

Las doce y cuarto, friego mi cara – sí que dormimos tarde. ¿Qué preparas?.

— cerdo y poutine. — levanto los brazos feliz, ríe - ¿ya te lavaste los dientes? – Niego – e imagino que tampoco te pusiste los retenedores – enarca la ceja, aprieto los labios en una línea fina y voy al baño, me cepillo y vuelvo.

— listo – sonrió.

— perfecto. — se pone los guantes y saca el cerdo del horno. El olor choca contra mi cara y mi estoma ruge aclamando alimento.

— ¿Dónde está papa y caperuza? – pregunto ya que no los escucho.

— fueron a comprar manzanas, que a aurora le provoco jugo. — contesta cortándolo.

Pongo mala cara – pero a mí no me gusta la manzana – rezongo.

— entonces tomarás agua, que es lo único que hay— simplifica.

Abren la puerta y una enana entra corriendo para abrazarla. Le da un beso en la frente y viene a mí. — tara – abra y cierra las manos en señal que la alce, lo hago.

Aprieto su mejilla con la mano libre - ¿cómo amaneciste? Caperuza.

— súper duper – sonríe dejando ver que le falta un colmillo.

— me alegra saberlo – dejo un sonoro beso en su mejilla, provocando que ría.

— qué bellas se ven dos de mis grandes amores – besa mi frente.

— amor, aquí están las manzanas – deja la bolsa en el mesón y la abraza por la espalda dándole un beso – y también compré una piña para ti diosita.

— ¡gracias papi! – salto contenta. Aurora hace una mueca de asco, la dejo en el piso.

Se gira y cruza de brazos - Hermes te dije que solo comparas manzanas – se queja.

— lo sé., pero a Hathor no le gustan y le compré algo que sí, no iba a dejar que solo tomara agua y nosotros jugo – voltea rodando los ojos. — bueno, chicas vayan arreglando la mesa mientras nosotros terminamos acá.

— ok. Peque ve por los porta vasos y servilletas y mientras acomodo los cubiertos – acepta y sale corriendo.

Agarro todas la cosas y la voy acomodando como me enseñaron, llega y los entrega, coloco los porta vasos debajo del mismo y doblo la servilleta y dejándola en medio del plato.

Perro que no ladra, si muerdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora