Cap. 10: Por supuesto, un concurso y un nuevo enemigo.

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El caballero que estaba fuera esperando a su capitana me saludó distraídamente y yo hice lo mismo mientras miraba su uniforme. Una armadura de corte occidental pulcramente abrillantada con el dibujo de una rosa rodeada de espinas en el hombro.

Dejé la ropa en el mostrador dejando también dinero de sobra en el mostrador para Otis, que no estaba. Caminé deprisa pero disimulando. Cuando llegué a la habitación de Shaena le avisé de lo que había oído.

—Shaena, ¡nos están buscando!

La princesa, que se estaba cambiando de ropa en ese momento se reabrochó el sujetador y me lanzó un bloque de hielo a la cara al grito de "¡Demonio!".

* * *

Una vez se hubo vestido y puesto la capa que le entregó Dandel, me dejó pasar para hablar. Nos sentamos los dos en la cama, se podía ver cómo su cara estaba ligeramente roja.

—¿Qué has escuchado?

—Al parecer, creen que te he secuestrado o algo así. Aunque no saben si estamos aquí o no. Había un guardia con un escudo, una rosa rodeada de espinas.

—Son ellos. —Shaena me miró fijamente, tenía un semblante decidido y se levantó la capucha —Deberíamos investigar cuántos son.

—Voy a necesitar un disfraz —pensé en voz alta.

Salimos de la taberna y volvimos a la sastrería de Otis.

—¡Has vuelto! ¿Qué se os ha olvidado, muchachos?

—¿Sigues teniendo la ropa que devolví antes?

—Sí, ¡claro! ¡Marchando más disfraces!

* * *

—Esto... esto es muy humillante —dijo Shaena —. Está bien, puedes girarte, ¡pero no te quedes mirando demasiado!

Volvimos a la taberna para cambiarnos y decidimos hacerlo de espaldas el uno al otro. Yo escogí el disfraz de mago, ya que me tapaba bastante el rostro con el sombrero de ala ancha y Shaena escogió la armadura minúscula.

Junto con mi arco, podía llevar la capa con la capucha, si preguntaban seríamos dos chicos jugando a ser aventureros: Una exploradora y un mago.

La armadura a Dandel le tapaba poco pero en Shaena decir poco era quedarse corto, ya que sus curvas eran mucho más prominentes. Por suerte tenía la capa por encima que le cubría casi todo el cuerpo. Definitivamente nadie pensaría que era una princesa vistiendo así. Cuando nos recorrimos con la mirada se sonrojó de nuevo.

—Va-vamos a buscar a las chicas —dijo avergonzada mirando al suelo

* * *

Era mediodía y las calles ya estaban empezando a llenarse de gente de todo tipo y todas las razas. Nos camuflaríamos bien. Pasada la taberna había una plaza central con una fuente, donde se arremolinaba un montón de gente.

Mientras Shaena se apretaba contra mí decidí seguir el olor de la comida y acerté: Allí estaban Ziev y Aiko, que se dio cuenta en seguida y tras mirar rápidamente la pequeña apertura de la capa de Shaena me miró.

—Pervertido.

Al escuchar eso, Ziev se giró con una manzana de caramelo en la boca y me abrazó efusivamente.

—¡Tesorito!... Elfa lasciva, cada vez te superas más —dijo frunciendo el ceño.

—N-no... es... ¡Es el único disfraz que había! —Y se volvió a sonrojar.

—¿Y Dandel? —atajé antes de llamar más la atención.

—Hmmm... con nosotros no está, ¿Tú la has visto, Aiko?

Lo que sucede cuando morimos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora