Volvimos a la taberna en grupo y Sito nos trajo una bandeja hasta arriba de comida que Ziev empezó a devorar, podría tener un disfraz humano, pero sin duda su estómago seguía siendo el de una dragona.
—Eh... no querría sonar desagradable, pero me han dicho algunos dueños de puestos de comida que cierta jovencita se fue sin pagar... —me dijo mientras lanzaba miradas furtivas a Ziev.
—Oh... Entiendo. —Un pequeño plan empezó a forjarse en mi mente. —Ya hemos ganado el premio a mejor disfraz femenino, y vamos a ganar también el grupal, ¿con eso cubriríamos gastos? —dije mientras le guiñaba un ojo con confianza por debajo de mi sombrero de mago.
«Si soy el protagonista imagino que ganaremos, así que».
—Sí, eso saldaría deudas, creo yo —dijo tras hacer unos cálculos mentales —. Además me gustaría quedarme los trofeos para la vitrina. Creo que serían un buen reclamo para ser la mejor taberna de la ciudad, ¿Qué os parece?
Miré a Dandel, que aceptó efusivamente y cerramos el trato con un apretón de manos, tal vez demasiado fuerte para mí.
* * *
Lo primero fue ir a inscribirnos Shaena y yo como grupo. No estaba muy convencida, pero aceptó sin rechistar demasiado. Nuestro concurso empezaría al anochecer y con un pequeño soborno conseguí que nosotros actuásemos un par de minutos antes de media noche.
Después fuimos a probar todos los puestos que pudimos: Pescamos peces con una red de papel, pescamos bolas de mimbre con un anzuelo, pescamos a Ziev intentando robar más comida, nos sentamos junto a unos cuentacuentos que narraba historias de terror, visitamos tiendas de máscaras, de souvenires y de pociones con efectos cómicos: «Creo que será la primera vez y la última que vea eructar pompas a Aiko».
Fuimos también a por el trofeo de Dandel... o "Dadandel, la dríade", como ponía en él, pero a ella pareció no importarle y lo abrazó con calidez.
A cada puesto que íbamos les decía que mirasen el cielo poco antes de medianoche, ya que sería parte de nuestra función, para ir despertando curiosidad.
Evitamos cruzarnos mucho con la capitana conejita y su soldado, un chico joven más concentrado en mirar de reojo a su jefa que en buscar a posibles sospechosos.
La parte final de mi plan pasó por comprar flechas normales para el arco que llevaba Shaena, decirle al organizador que si ganábamos el premio sería para Sito y explicarle los pasos de manera muy sencilla a Ziev. Para asegurarme, hice que me lo explicase tres veces.
* * *
Tras una tarde de preparativos y festividades, dio comienzo al concurso grupal. Sabiendo que íbamos a ser los últimos en participar decidí que lo mejor sería acabar de aprovechar nuestro alojamiento cenando en la taberna. Dandel le cedió su trofeo a Sito, Shaena y yo practicamos nuestras partes y volvimos a la plaza poco antes del número final.
La plaza estaba a rebosar: muchos ojos de curiosos nos miraban, algunos dedos de niños y adultos nos apuntaban a ambos.
—Todos me están mirando por tu culpa, Demonio.
Shaena estaba avergonzada por las ropas que llevaba y su rubor se extendía por sus mejillas.
—Calma, tú sígueme y dejaremos atrás a la capitana conejo.
Poco después de un número con una chica vestida de caballero y un tragafuego disfrazado de dragón acabaran su número, nos tocaba. Cuando Shaena y yo subimos al escenario, todos callaron.
—¡Bienvenidos, hombres y mujeres de todos los rincones! —exclamé —. Disfruten lo que van a presenciar, porque será un evento único que no se volverá a repetir.
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Lo que sucede cuando morimos.
FantasyVolumen 1: "Vientos de cambio" Estado: 15/24(?) Cuando Akihiro murió, un dios creó un mundo que creía idílico para él, mezcla de sus pensamientos y gustos actuales y de joven. Eso formó un mundo lleno de clichés de otaku de los que ahora reniega. Po...