Cap. 14: Aguas calmadas, aguas revueltas.

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—¿Crees que el de esa imagen soy yo?

—No creo que lo seas ni que no, es posible que sólo seas un ayudante del que se siente en ese trono unificador, pero tu energía interior resuena con fuerza —la miré con cara extraña, lo que hizo que riera con sorna—. Lo que te he dicho antes, las magias de Vita y Morte que los elfos castigados conocemos, en realidad no son más que dos elementos de una misma magia, nosotros lo llamamos Voluntad. Ven, sígueme.

* * *

Salimos por la puerta corredera y cerró detrás de mí. El pasillo era parte de la cueva y se alargaba hacia ambos lados: A la derecha se extendía hasta la oscuridad, hacia la izquierda la luz era cada vez más intensa. Empezó a andar hacia la zona iluminada y la seguí.

—La magia de Voluntad dictamina, valga la redundancia, la voluntad de vivir de cada ser vivo. Anoche cuando "te curé" lo que hice fue reforzar tu espíritu para que siguiera luchando. Es diferente a la curación de Plantae, que sólo puede curar dando energía al cuerpo. Nosotros curamos desde el alma.

—Supongo que aparte de eso, también podéis quitar las ganas de luchar en los demás, ¿no?

—Exactamente, eso es lo que se llamaría por aquí Morte. En pequeñas cantidades puede generar apatía pero en grandes puede decirle al espíritu que deje de luchar. Lo cual tengo entendido que es una muerte apacible, por cierto. —Andaba con un paso firme y ligero, me costaba seguir su ritmo. Al rato se dio cuenta y aminoró —. Quiero que entiendas con esto que aunque me gusta ayudar a los demás, la voluntad no es infinita, no se puede coger del aire, hay que usar la que tienen los seres vivos. Anoche tuve que darte parte de mi voluntad para hacerte sanar. Lo curioso es que tienes bastante más voluntad que yo, sólo que no has descubierto tu potencial aún.

—¿Por eso el interrogatorio? ¿Por si era un peligro?

Llegamos al final del pasillo y cruzamos el umbral de luz. Al otro lado se encontraba un jardín lleno de esculturas de piedra. Animales parecidos a elefantes de dos cabezas y seis patas echaban agua por sus trompas en una fuente central, coronada por dos felinos con cabeza de pavos reales. Alrededor de la fuente había un estanque lleno de lotos y cuatro caminos de tierra salían de cada lado del patio e iban a juntarse alrededor de la fuente. A los lados del camino varios árboles se retorcían apaciblemente sobre lechos de vivas flores.

La elfa se sentó en los escalones previos al camino y me miró.

—¿Lo comprendes, no? Por moral propia la mayoría de los míos no podemos eliminar la voluntad de otros seres vivos sin saber antes si poseen maldad o no. Y eso sólo podemos saberlo hablando. Si tu voluntad está contaminada o no, no es algo que podamos adivinar.

—¿Y mi voluntad es más grande de lo normal?

«Por supuesto, soy el protagonista»

—Sí, no eres la primera vez que me encuentro algo así pero sin duda harás grandes cosas. Los humanos en general tenéis una voluntad por encima de la mayoría de razas mortales. Tal vez sólo os superen los enanos, pero todos los que he conocido son demasiado mezquinos para hacer nada que no sea lo que llevan haciendo toda la vida. ¿Tienes alguna pregunta que hacerme?

Se recostó hacia atrás y se apoyó con las codos en el suelo mientras volvía su mirada a la fuente de manera hipnótica.

—Creo que no... ¿Dónde están las chicas?

—Al otro lado de la fuente, atravesando la puerta hay unas aguas termales, tal vez deberías ir a darte un baño. —dijo mientras señalaba la puerta.

—Gracias... Por todo —le respondí mientras echaba a andar, a lo que asintió en silencio.

Los ojos de las estatuas parecían mirarme y juzgarme en todo momento mientras cruzaba.

Lo que sucede cuando morimos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora