Capitulo 2

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Son aproximadamente las 5 de la mañana, otro día que no puedo dormir, que novedad.

Enciendo mi reproductor de música y me pongo a escuchar canciones de Of mice & men y sale la canción 'seconds and sebrings' es una canción que me da demasiada nostalgia, tal vez sea porque en una parte de la canción dice: 'necesito tu amor, igual que un bebe necesita a su madre'; me hace recordar a mi madre, y sé que no debería ni siquiera recordarla porque me dejo cuando más la necesitaba.

Mis padres se separaron después de un tiempo que me diagnosticara TGNE porque se peleaban mucho por mi culpa, o al menos a si pienso yo. Siempre los escuchaba pelear aun cuando ellos pensaba que no lo hacía; mi madre se fue de la casa sin decir nada, y no he sabido nada de ella en todo estos años, igual creo que es mejor así.

Aún recuerdo cuando tenía 4 años y ella me cantaba canciones para hacerme dormir o me leía un cuento o un libro; tal vez gracias a ella fue que me empezó a gustar la lectura de una manera tan fascinante, pero no lo quería creer así, no quería relacionar una de las cosas que más amo con esa persona ausente en mi vida; con alguien que no demostró que yo le importaba en lo más mínimo, en alguien que dejo a su hija cuando más lo necesitaba.

Sin darme cuenta empecé a llorar; llorar porque nunca tendría a una madre que me ayudara en mis problemas; la odiaba tanto por hacerme esto, la odiaba y creo que jamás la perdonaría.

Deje de llorar porque no quería que mi padre se preocupara por mí, así que me doy una ducha, me visto para la escuela, bajo por las escaleras para tomar el desayuno y mi padre se encuentra allí leyendo el periodo como siempre.

―Hola cariño ¿cómo has amanecido hoy?― dice sonriendo como lo haría un padre orgullo de su hija; aunque él no debería estar orgullo de mí.

―Bien― y trato de hacer mi sonrisa más convincente que puedo, me voy a terminar hartando de estas estúpidas sonrisas falsas

***

Volví a llegar temprano al colegio, mi primera materia del día era inglés, me gusta ingles pero no tanto para que fuera mi materia favorita. Llegue al aula donde me correspondía esta materia y me senté en un en la mesa que daba al patio trasero de la escuela donde tendría una gran vista y empecé a leer el libro 'Cien años de soledad' de Gabriel García Márquez, había terminado el libro 'La Mecánica Del Corazón' y siempre tengo que leer un libro para entretenerme aun cuando lo he leído miles de veces, soy como las chicas que cuando terminan con su novio a los días ya tiene otro, excepto que en mi caso no eran chicos si no libros.

Estaba otra vez tan entretenida en la lectura que no me di cuenta que ya casi todo el aula estaba llena de estudiante los cuales hablaban unos entre sí, a veces podría sentir la mirada de algunas personas en mí, pero preferiría ignorarlas, era mejor así.

Cuando empezó la clase llego el maestro, era un tipo alto, tenía gafas, tenía canas signos que demostraban mi teoría de que debía tener 50 años y luego me enfoque en su clase y luego empecé a observar las personas de mi curso.

A veces me gustaba ver las personas; las personas pueden expresarse de muchas formas no solo de forma verbal o mejor dicho 'hablando' si no también con sus gestos, por ejemplo el chico que tenía a la par estaba mordiendo su lápiz, tal vez estaba muy ansioso por algo; o la chica que estaba en mi otro lado estaba sonriendo, tal vez le paso algo bueno, bien por ella supongo.

Pero el punto de todo, es que las personas expresan más de lo que ellos creen, he usado esta metologia con mi padre, él sabe cuándo estoy feliz o triste con solo verme no necesito hablar, que por cierto para mi está perfecto.

Paso de clase en clase hasta que llegar la hora del almuerzo donde otra vez evito la cafetería y me voy directo a la sombra del mismo árbol de ayer, cuando llego allí ante mis ojos está el mismo chico de ayer, con su cabello anaranjado que cae sobre su ojo, estoy pensando en marcharme de allí y buscar otro lugar donde sentarme cuando él se para y me saluda

―Hola Audrey creí que no vendrías hoy― lo primero que pasa por mi mente es cómo diablos sabe mi nombre y ve mi cara de sorpresa y dice― se tu nombre porque estaba en el libro que prestaste ayer para verlo.

No digo nada, no sé qué decir, y si sigue tratando de hablar conmigo juro que voy a pegarlo y dejarlo inconsciente, bueno sé que no lo haría pero si pudiera lo haría definitivamente.

En vez de eso solo me lo quedo mirando un momento, y puedo ver su rostro, es lindo no lo voy a negar y sus ojos verde pueden parecer dos hermosas esmeraldas, espera que estoy diciendo, yo nunca he hablado así acerca de un chico, tengo que sacarme de la mente esto, porque el solo está siendo amable conmigo nada más.

―Sigues haciendo eso de mirarme es muy extraño― dice entre medio de una risa; siento que me pongo roja y para que no me vea me siento debajo del árbol y empiezo a comer mi almuerzo.

― ¿Te puedo preguntar algo? ― se siente a la par de mí y solo asiento.

― ¿No te agrado? Digo he estado tratando de hablar contigo estos 2 días y me has ignorado y solo quería ser tu amigo porque no se me parece agradable y eso― lo dice con un tono de tristeza en su voz.

Tal vez me voy a arrepentir de esto, pero trato de hacer mi mayor esfuerzo y solo digo:

―Me agradas― trato de sonreír y él me devuelve la sonrisa

―Eso es bueno escucharlo― sigue sonriendo― ¿pero eres algo tímida, no? ― asiento.

―Bueno, si quieres te puedo ayudar con eso, soy muy bueno hablando ― ríe para sí mismo ―yo antes era muy tímido como tu pero con el tiempo se me hizo fácil hablar con las persona.

Por mis adentros doy un suspiro, si solo ser tímida fuera mi único problema pero mi problema no es ese, es solo un estúpido trastorno que no me deja convivir con las personas como debería ser.

Después de unos minutos en que nadie habla él dice

―Deberíamos no se conocernos― me mira un momento―, ya sabes es como un ejercicio para que se te quite la timidez, por ejemplo te hago una pregunta y tú la contestas.

Lo miro dudosa, es obvio que no voy a poder responder sus preguntas , y como si el supiera mis pensamiento dice

―Bueno podrías escribir tu respuesta para responder mis preguntas y tal vez mientras nos conozcamos se te hará más fácil hablar conmigo, ¿de acuerdo? ― asiento, puede ser que funcione.

―Bien, ¿Cuál es tu color favorito? ― no sé dónde escribir entonces veo la tierra que esta entre nosotros dos y escribo 'VERDE'

―Es un lindo color― sonríe― bueno, ¿animal favorito? ―escribo en la tierra la palabra 'GATO'.

―Los gatos son lindos, ¿tienes un gato de mascota? ― asiento― ¿cómo se llama?

Escribo 'Principie Miau' en la tierra, el solo ríe un poco

―Lindo nombre para un gato, yo tengo un perro que se llama Chester, pero todo le decimos Ches, es lindo te encantara, a mis hermanas les encanta jugar con el― solo sonrió.

― ¿tiene hermanos? ― escribo 'no' en la tierra

―Eso es trágico mis hermanas podrán ser insoportables pero es genial pasar con ellas porque son lo que más me da alegría― y no sé porque sabía que lo decía en serio

Seguimos así hasta que termino la hora de comer, me hizo muchas preguntas y me hablo un poco de él; me dijo que también tenían un hámster, que su sabor favorito de helado era el de vainilla, que le encanta el invierno igual a mí, que le gustaba leer, que le encantaba escuchar música rock aunque algunas personas creían que era muy 'violento', que tenía 3 amigos con los que se llevaba muy bien, que su banda favorita era 'The Killers', que su cumpleaños era en Julio 8.

Nunca había visto a alguien hablando tanto, pero él lo hizo, y supongo que me dio algo de celos ver como él pudo hablar conmigo con tanta confianza aun cuando sabía que era un total desconocido y yo a veces conozco a las personas y simplemente no puedo hablar con ellas; tal vez algún día podría hablar como él y abrirse tanto con las personas, tal vez algún día...

Espero que les guste el capitulo 2, estaba pensando en escribir los fines de semana un capitulo o dos, y si tiene una recomendación o una critica favorable no se olviden de mencionar, como vuelvo a recalcar es mi primera historia y sus criticas sirven de mucho.

La comunicación sin palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora