La comunicación sin palabras

Capítulo 8

Es viernes y estoy en mi última clase que es literatura, nada mejor que decirle adiós a una semana con esta materia. El maestro está hablando sobre la mitología griega tema que por cierto me va muy bien ya que siempre he tenido algún tipo de fascinación por cualquier relato de la antigua Grecia, tanto que me leí los 12 libros de Percy Jackson que básicamente trata sobre un chico que se entera a las 12 años que es hijo de un dios griego. Cuando leí esos libro se me vino a la mente que debe ser genial ser hijo de un dios pero tiene muchas cosas en contra como por ejemplo ser perseguido por un montón de criaturas mitologías o ser casi matado 1 veces por día pero supongo que siempre hay que pagar un precio por todo ¿no?

Toca la campana y voy rápido a la salida, se supone que hoy voy a conocer a los amigos de Alex pero el maestro me detiene en la salida

―Audrey, podríamos hablar? ― lo dice en un tono amable pero inmediatamente imagino que solo se puede tratar de algo malo, tal vez fue sobre mi ensayo sobre las palabras que nos dejó el lunes, tal vez le pareció un asco.

Lo sigo, él se sienta y me mira

―No estás en problemas― lo dice rápidamente― es solo que leí tu ensayo y me ha gustado mucho sobre las palabras y el poder de que estas tienen, enserio me ha parecido muy bueno― lo dice en una sonrisa― tanto que he pensado en hacerte tutora, claro si tú quieres

― ¿Tutora? ―digo sin pensarlo

―Si, ayudar a alguien que lo necesite, alguien que no sea bueno en esta clases― lo miro incrédula, ¿Cómo se supone que voy a ayudar a alguien si cada vez que alguien trata de hablar conmigo me siento incomoda?

―No lo sé...

―Se sobre tu problema ― me dice de una forma amable― y está bien si no quieres ser tutora es entendible pero creo que deberías no dejar que 'tu problema' controle tu vida, vi tu ensayo y tienes un gran potencial pero tu mismas eres tu propio obstáculo, no dejes que lo que tienes te impida hacer lo que tú quieres

Son las mismas palabras de mi psicóloga Johanna, tal vez tengan razón, tal vez he transformado que mi pequeño trastorno sea mi mayor impedimento en la vida.

―De acuerdo― digo dedicándole mi mayor sonrisa y él me la devuelve

―Es genial escuchar eso, bueno puedes empezar el lunes de la próxima semana si te parece― asiento― estupendo, el estudiante del cual quiere que seas tutora es de James Méndez.

―Está bien.

―Grandioso, te veo el lunes querida.

―Igualmente― digo y me voy a la salida.

***

Estoy en el sofá esperando a que llegue Alex con sus amigos, mentiría diciendo que no estoy nerviosa por conocer a más personas pero tengo que empezar a hacerlo, tengo que empezar a darme cuenta que mi problema es solo un problema y como cualquier problema tiene una solución y creo que esto de conocer a más personas es una manera perfecta para erradicarlo.

Estoy empezando a creer que no va a llegar cuando alguien toca la puerta, estoy pensando seriamente en salir por la ventana del segundo piso para no tener que verlos pero en vez de eso abro la puerta y me encuentro allí con Alex, al principio creo que ha venido solo pero detrás de él viene una chica de cabello castaño, ojos café y tiene casi mi estatura que cuando me ve da una gran sonrisa

―Hola, me llamo Lily― dice y me abraza por lo cual me pongo algo rígida― Alex me ha contado mucho sobre ti ― dice dándole una mirada a Alex

―Lily habías prometido no avergonzarme ― dice Alex algo apenado y viendo para otro lado

―Ya sabes que ese es mi trabajo― me vuelve a ver― ¿podemos pasar?

―Cla- ro― digo tartamudeando

―Linda casa― dice Lily mientras entra a la sala

―Gracias.

Se sientan en el sofá y les sirvo un poco de Coca Cola

―Así que...― dice Lily― ¿Te gusta leer libros? ― asiento

―Bueno ya me caes bien un 75%― dice sonriendo

Solo sonrió y ella dice

―¿No hablas mucho, cierto? ― asiento

―Bueno está bien, igual me sigues cayendo bien― me guiña el ojo

Lily parece ser una persona extrovertida, están amable conmigo y transpira una especie de confianza que no me hace sentir incomoda o irritada; trata de ser cortés conmigo haciéndome algunas preguntas y veo a Alex; esta tan distante como si su mente está en otro lugar y no aquí.

Quisiera poder leer la mente de las personas para saber que piensan y a veces entenderlo pero lastimosamente no tengo ese poder y dudo que algún día lo tenga, aun si tuviera ese poder nunca voy a poder comprender el dolor o la felicidad de esa persona. Es tonto escuchar a las personas decir 'lo siento' cuando en verdad no lo siente, ¿Cómo puedes sentir el dolor de esa persona? No puedes

Se hace las 6 de la tarde cuando tienen que irse para la cena

―Bueno querida― dice en un tono irlandés el cual no le sale muy bien― me ha encantado esta velada ha sido de las más...― trata de buscar la palabra

―¿Encantadora? ― digo

―Sí, exacto encantadora― me mira― tú también eres encantadora querida

Sonrió, parece una persona tan agradable y tan divertida, quisiera ser como ella.

―Bueno Lily si ya dejaste de coquetear con Audrey creo que debemos irnos― dice Alex― tus padres se enojaran por que llegues tarde a casa

―Oh Alex se puso celoso

―No estoy celoso― murmura Alex― Es solo que no quiero que tengas problemas, otra vez.

―Eres tan aguafiestas Alex

―Gracias― dice en un tono socarrón y sale a la puerta con Lily.

―No les vas a preguntar― dice Lily en un tono burlón

― ¿Qué? ― digo

―Nada― dice Alex

― ¿Enserio? ― dice Lily― bien, queríamos ver si ibas al cine con nosotros mañana, listo no están difícil ¿ves?

― ¿Hora? ― digo

―A la 1 te parece bien― dice Lily

―Cita con el psicólogo

― ¿Vas al psicólogo? ― Lo dice sorprendida― Eso debe ser fantástico

― ¿Qué? ― digo

―Digo hablarle a alguien sobre tus problemas y que no te juzguen eso debe ser fantástico

―Supongo que si...― me rasco la nuca

―De acuerdo― dice Lily sonriendo― pasamos por ti a las 3 ¿te parece?

―Bien― sonrió, su sonrisa están contagiosa

―Bien, hasta mañana A― y me guiña un ojo

―Adiós Audrey― dice Alex algo distraído tal vez algo le pasa porque hoy lo vi tan distante como si su mente estuviera en otro lado.