Estaba tan cansada físicamente como psicológicamente para levantarme para ir a la escuela así que me quede.
Y seguí quedándome en casa, como si ya no tuviera otra razón para mi vida, era como los días normales cuando probablemente no tenía problemas.
Cuando no me importaba mi madre o sufría por darme cuenta que Alex se había alejado de mi porque cuando más lo necesitaba, tal vez se dio cuenta que era rara o se cansó. Les voy a dar un consejo nunca se encariñen con alguien porque a la larga los dejara, los desechara como si fueran un objeto viejo y sin valor.
***
Era probablemente el tercer día que faltaba a clases; cuando alguien toco a mi puerta, pensé en no abrir pero no dejaban de insistir así que vi por la ventana, había un chico enfrente de la puerta que andaba capucha inmediatamente pensé que era Alex, que tal vez se venía a disculpar por no haber llegado el lunes o que tal vez se dio cuenta de mi ausencia, pero cuando abrí la puerta me sorprendí
Frente a mi estaba James con una cara preocupada pero cuando me vi apareció una pequeña sonrisa en su rostro
Hola― dice y me lo quedo mirando sin saber que hace el aquí― Sé que debes estar sorprendida por verme, pero cuando no te vi en la clase de matemática o ayer en la biblioteca me preocupe mucho así que ― empieza a balbucear― le pedí a la secretaria que me diera tu dirección y me la dio, no pienses que soy un acosador, solo estaba preocupado por ti, eso es todo.
Estoy bien, gracias― empiezo a cerrar la puerta pero el la detiene con su mano
―¿Has llorado?
―No te importa
Luego me mira― ¿Puedo entrar?
―No― digo algo enojada
―Igual voy a entrar― y empuja la puerta para entrar
―Oye
―Lo siento, pero no te voy a dejar sola así
―¿Así?
―Si así de infeliz, ¿sabes que la tristeza mata más que los gérmenes?. Además me saque un 10 en mi ensayo y te lo quería agradecer
―Está bien, vete
Sonríe― De hecho tenía planeado que fuéramos a una galería de arte, es de mi papá y bueno luego vamos a cenar o donde tu quieras.
No quiero realmente hablar con él o con nadie para ser más honesta, realmente no tengo ganas de nada, solo de dormir, así que voy a mi habitación y voy directo a mi cama esperando que él se vaya.
Ojala que un día los problemas se solucionen durmiendo.
***
Me despierto con el estribo de un golpe en la puerta y luego una voz se escucha al otro lado de esta
―Cariño ¿Estás bien?― es la voz de mi padre.
―Si― digo. No me gustan las mentiras pero sin embargo estoy mintiendo sobre mi estado de ánimo.
Sabe que estoy mintiendo asi que entra a mi habitación se sienta en el borde la cama y me acaricia el cabello.
―Eres tan valiente y tranquila que en ocasiones olvido que sufres.
―No soy valiente― murmuro
―Lo eres― luego me mira al rostro―cualquier persona con tu problema sería un cobarde y dejaría de intentarlo, pero tu has tratado de progresar y eso mi cariño es ser valiente tener agallas
―Si tu lo dice
― Sabes que si no quieres ir a la escuela ya, está bien para mí, cariño
―No― si dejaba la escuela sería una cobarde, y sabía de antemano que mi padre estaría orgulloso si continuaba.
―Está bien; ¿tienes hambre? ― asiento.
***
Aunque había dicho que quería ir a clases para complacer a mi padre tal vez una parte de esa decisión también era por Alex, al fin había hecho un amigo o al menos algo asi.
Lo espere en el patio como todo las semanas anteriores.
No apareció. La decepción era evidente, pero llega un punto donde no cabe mas decepción y todo te da igual.
Llegue a la biblioteca y allí está el cabello oscuro de James. Cuando me senté su lado no saludo, no hizo nada.
Había pasado un largo periodo de tiempo hasta que finalmente pensé que lo mejor sería irme, pero cuando me levante el me tomo de mi muñeca.
Tal vez se debía a la tristeza o a todo lo que estaba pasando pero su toque era como el sol en un día de invierno.
―¿Vendrás? ― dice refiriéndose a la invitación de la galería de arte.
Miro su rostro y puedo ver sus ojos, Tenía el tipo de ojos que te predisponen a apoyarlo en cualquier empeño.
Así que solo asiento y me da una gran sonrisa― Gracias
―De nada
―Entonces hasta el próximo viernes― dice y me voy pensando que tal vez no va a ser tan malo, tal vez haga un nuevo amigo, un amigo que me de esperanza.
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La comunicación sin palabras
Novela JuvenilAudrey es una chica de 16 años que le encanta mirar series, películas, y escuchar música para salir de los problemas, pero lo único que lo hace probablemente diferente a los demás es que sufre de Trastorno Generalizado No Especificado. Desde que le...