4∙♡° Besos de menta

67 14 2
                                    

La cama es de Christopher, mi almohada es de Christopher, mi cobija aborregada es de Christopher. Todo en esta habitación le pertenece a Christopher.

El ambiente con olor a eucalipto y naranja me marea los sentidos. Él ha ido por otro par de almohadas y cobijas. Dormirá conmigo en el suelo de su habitación a falta de más camas para el resto de la familia.

Su abuela y su tía duermen en su cama junto con un niño pequeño. Me siento incómodo de ser invitado en una familia que me es ajena a mí. Espero que mañana pueda por fin ir al hotel y explicar lo que me ha sucedido. Espero que nana y Sofi no llamen a recepción y les digan que nunca llegue y se preocupen por mi paradero. Le mando un mensaje rápidamente a mi hermana para evitar una confusión:

Sof, estoy de invitado en una casa de una familia de apellido Lewis. Hubo una tormenta de nieve y ellos me ayudaron a salir del aeropuerto. Espero que no te preocupes por mí.

A los segundo recibo su respuesta:

Llamé al hotel hace dos horas 😐 y me dijeron que no estabas, no se lo conté a nana porque tenía esperanzas que me mandaras mensaje, vi tu última conexión y eso me tranquilizó. 😌

Disculpa por preocuparte😅, estoy bien. Las personas son buenas conmigo.

Eso es bueno hermano ¿No me vas a preguntar de cierta persona? 👀

No quería hacerlo... Pero ya que estás en eso.🙄

Jajajaja bueno te diré solo que si pudimos sacarlo de la cárcel.😝 La multa no fue tan elevada. Él quiso irse a su casa por sus propios medios. En fin... Fred me trajo.😅 Espero que no te molestes con él si llega a mencionarlo.

... Hablaré con Alfred más tarde.🧐 No le hagas caso de lo que te diga, ¿entendido? Está loco. Le arrancaré las bolas si intenta un movimiento contigo.🙄

Ay, Bastian.😑 Tranquilo. Entre Fred y yo no pasará nada. Además cumpliré 18 en unas semanas. Él no es mi tipo.😅

Sí... Claro. 😶Bueno te dejo que estoy muy cansado y necesito dormir. El jetlag me está pegando duro.

Besitos, Bas.

Son pasadas las tres de la mañana y no he pegado el ojo en todo esté tiempo. Christopher se remueve de su lugar a mi costado. Me giro para verle la gran espalda, va desnudo del torso para mí terrible sorpresa. Hay un hilo de sudor bajando por en medio de su columna. Los dedos de mi mano pican de curiosidad por limpiarle el sudor. Gruñe y luego se levanta de pronto. Cierro los ojos y finjo estar dormido. Por el rabillo de mi ojo derecho veo como se levanta y va al baño que está al fondo del pasillo.

Escucho como da arcadas en el inodoro, al parecer el pollo y la cerveza le ha caído mal. Estoy indeciso si ir o no a ver si se encuentra bien. Vuelve a vomitar y entonces en un arranque de locura me levanto y con pasos de puntitas voy al baño. La puerta está semi abierta y me asomo por ella. No alcanzo a ver a alguien, solo veo sobre el lavamanos la pasta de dientes abierta. Despistado toco dos veces pero nadie responde. Armandome de valor abro la puerta y entro del todo.

La luz se apaga de pronto a mis espaldas y yo pego un grito pero al instante tengo una mano tapando mi boca y la otra sujetando mi torso. El corazón me va a mil.

—Shh, tranquilo —su voz misteriosa y en la oscuridad me pone los vellos de punta. Me gira en sus brazos y noto algo moverse en sus pantalones. Abro más mis ojos en la oscuridad. Me revuelvo intentando zafar de sus brazos pero es más alto y fuerte que yo. Enciende la luz y puedo ver sus pecas a escasos dos centímetros, aún se ve algo pálido por su malestar. Me advierte con la mirada. Cómo si otros en su pasado se hubieran escapado a su belleza peligrosa. Yo no me muevo. Estoy anclado a su cuerpo y una chispa traviesa y misteriosa me recubre los nervios.

Girasoles en inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora