15∙♡° Las formas del amor

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Solo la fantasía duró poco porque la realidad me golpeó la cara. Al abrazarlo pude sentir la ausencia de una parte de él. Me retiré para comprobar con mis propios ojos lo que era aquello.

Había perdido el brazo derecho y ahora tenía un prótesis en su lugar. No lo había notado al principio porque usaba una mano plastificada, su diseño me impresionó porque la habían trabajado tan bien en los detalles para hacerla parecer una mano real.

-Es horrible ¿Verdad? -se quejó- Soy un inútil ahora Bastián.

No. No iba a permitir que se despreciara así delante de mí.

-¿Cómo te atreves a tratarte así, Christopher? -lo frené de golpe. Apreté su mano izquierda para hacerle saber que me tenía aquí.

-Yo, no soy el mismo, Bastián -baja su mirada que se torna sombría y triste- estos meses han sido los peores de mi vida.

Eso partió un poco más mi corazón. Pero me mantuve fuerte. No iba a permitir que nuestras culpas acabaran con lo nuestro. Que no me haya buscado no significaba nada mientras él no lo dijera de forma directa.

-¿Y por qué no me buscaste? -al fin lo dije en voz alta. Se sentía liberador.

-Porque por algún tiempo odié a todos, a mamá, a July, a ti...

-¿Por qué?

Mi corazón se estaba rasgando. Deje libre su mano. Tal vez estaba malinterpretando todo esto. Tal vez si debía dejar que me destrozara por completo.

-Me sentía traicionado, yo no lo sabía -continua- No sabía que él era mi primo. Él me lo confesó cuando irrumpió en el departamento aquel día -aprieta sus ojos y desvía su rostro de mí- Me agredió. Me dijo que si no iba con él, te iba a matar frente a mis narices. Él no estaba bien, Bastián.

Una parte de mí se sintió culpable por hacerlo pasar todo aquello. Los "debí de hacer" al fin se estaban manifestando frente a mí.

-Perdóname -rompí el silencio después de quedarnos mudos.

-¿Por qué? Tu no tuviste la culpa de eso -evadió nuestras miradas.

-La tuve -proseguí explicándole- si yo no hubiera ido a Canadá y si no me hubiera cruzado contigo en el aeropuerto...

Lo miro, me observa por primera vez, ha captado apenas lo que estoy intentando decir. Él alza una ceja y desvía los ojos a otro lugar menos a mí.

-July y yo veníamos de estar aquí en Sacramento. Pasamos dos semanas visitando los lugares de aquí. No fue tu culpa, además él de la idea de hablarte en el aeropuerto fue mía.

-¿Tuya? ¿A qué te refieres?

-Yo te ví, Bastián. Sé que sonará de lo más patético ahora pero en aquel tiempo creí en el amor a primera vista. Solo que fui un tanto obvio con mi hermana, lo dije en voz alta: qué chico tan guapo, me ha flechado. Así lo dije y sabes cómo es July... Una aventada que no le importa lo que digan los demás. Así que corrió a tu encuentro y bueno, ya sabes lo demás.

-¿Por qué me lo dices hasta ahora?

La esperanza se asoma por sus palabras. Tal vez no todo esté perdido con nosotros.

-Porque eso que dices no es verdad. No tienes la culpa de nada. Las cosas sucedieron así y ya. No deberías de matarte la cabeza por eso.

-Sí pero mírate -comienzo a llorar, señalando su brazo- yo te provoqué todo eso. Fue por mi culpa que tú estés así.

-Ah ¿Entonces todo es sobre esto, no? -mira su brazo y lo veo limpiarse una lágrima inesperada.

-No, no, no quise decir eso.

Girasoles en inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora