Jaula de oro

-Capitulo 11. Coincidencias. -

Bajo los efectos del alcohol somos capaces de abrir nuestro corazón, hablar de aquello que nos molesta o que anhelamos tener. Nos volvemos más atrevidos o sentimentales, sin importarnos las consecuencias del mañana, las reacciones de quienes nos vieron en ese estado.

-Lucy...

-Ya dime, Natsu. ¿Jugamos o no al amor?

- (Si no se quita de mis piernas perderé la poca cordura que tengo) No voy a responderte en ese estado...

- (Lo besa) ¿Por qué no, Natsu?

-...

-No niego que a veces eres un poco molesto, vanidoso, como cualquier niño rico; pero también el hecho de que defiendes lo que quieres hasta el final, tu deseo por ser reconocido por tus hermanos y cerrar esas heridas que aun desconozco.

-...

-Por eso yo...

- ¿Tú?

-Cae en su pecho dormida-

-A buena hora te quedas dormida, justo cuando se estaba tornando interesante.

-...

- (La sienta en el copiloto) Es una lástima que no podré reclamarte nada mañana, pero algún día hare que me digas tu verdadero sentir por mí.

-...

- (Suspira) Lo bueno es que no vomitaste en mi carro, ahí si te hubiese hecho pagar por la lavada.

-Algunos minutos después-

- (Abre la puerta) Para variar tengo llevarla hasta su habitación, a este paso me quedare sin brazos.

- (Lo abraza) Mi lindo oso de peluche.

-Lucy, suéltame... me estas ahorcando.

- (Abre la puerta) Déjame ofrecerte algo como agradecimiento por acompañarme a casa.

-No quisiera ser inoportuno con tus padres...

-Tranquilo, ellos aun no llegan de trabajar y mi hermana esta... mejor dicho, estaba con una amiga.

-Oh, hola Wendy.

-Tú... ¿Qué haces aquí y porqué estas abrazando a Lucy?

-Mas bien es ella la que me está abrazando.

-Ese olor... Ay no, tomo otra vez.

-Si, y piensa que soy un peluche.

-En teoría sí, pero eso no lo voy a discutir ahora. Lucy, suéltalo... este peluche se tiene que ir a casa.

- (Lo suelta) ...

-(Jadea) Ah, por un momento pensé que me quedaría sin aliento... ¡¿Romeo?!

- (Gota de sudor) Hola, Natsu.

- ¿Ustedes se conocen?

-Romeo es mi primo por parte de padre.

- ¿Eh?

- ¿Y tú que haces aquí? Tengo entendido hoy vas a clases de equitación y karate.

-Primo Natsu, ¿me creerías si te digo que es mera coincidencia?

-Eh... no.

-Es que así fue, me encontré con la señorita y opté por acompañarla hasta aquí.

-Si, claro. Vamos, antes del que tío Macao mande a toda la guardia nacional a buscarte.