CAPÍTULO 3

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Dedicada a las ganadoras Mely_VH_21 y Argentina_17

Harriet.

Es muy tarde.

—¿Tengo que agradecer tu acto de presencia?

—Te comenté que tenía clases— tuve que salirme de una para estar aquí.

Lilian resopla por la nariz con esa expresión falsa y desagradable. Su abogada, la misma que vi en las noticias, finge remover los papeles, ajena de nuestro cálido encuentro.

Esta reunión solo puede tratarse de ella y del juicio que se le ha venido encima, por supuesto, según ella, es mi culpa. Y ya dije que no participaría.

—Me gustaría hablarles sobre sus testimonios...

—Disculpe— interrumpo a la abogada.—Creí decirle que no sería parte...

Ella se ve desentendida.—Su madre dijo que cambió de opinión.

Miro a la mujer quien marca su mandíbula alzándola, en lo alto y más alejado de la mesa, sus uñas en punta y esmaltadas juegan con la carpeta debajo de sus dedos.

—Te dije que no participaría de esto. Te advertí que era ilegal y no quisiste...

—Es tu problema tanto como el mío.

Parpadeo. No me gusta como va sonando.

—Muéstrele— ordena a la licenciada. La mujer abre un sobre crema y saca varias fotografías. —Tuve que soltar unos cuantos dólares para obtenerlas.

Son del día del entierro de Nate.

—Ubicamos al fotógrafo que las tomo— me comenta su protectora legal. —No sabemos si son las únicas, lo más probable es que no. Pronto podría hacerse público, llegar al juez y...

—¿Quieres que me hunda?— dice Lilian con la mirada más afilada que antes. —Te hundirás conmigo.

—¿Eso es cierto?— pregunto a la única que puede saber de leyes en la sala.

—Puede tomarse como encubrimiento, pero se puede refutar, quedas exenta al ser descendiente...

Vuelvo a ver las fotografías.

—¿Y él?— Caleb está conmigo. Él me acompañó. —No tiene nada que ver en esto.

—Si las fotografías salen, lo llamarán a testificar.

Testificar. Cierro los ojos intentando pensar, si lo llaman tendrá que decir la verdad y de por sí ya lo hace. ¿Cómo lo metí en esto? Ni siquiera soy capas de recordar que fue lo que le dije.

—¿Para esto me hiciste venir?— pregunto molesta a Lilian. —¿Es tu manera de que te ayude? Porque no simplemente puedes decir un ¡Por favor!

—Danos un minuto— pide mi madre a su defensora.

Antes hubiera tenido miedo, seguro estaría llorando, pero las cosas han cambiado.

—Mírate— sonríe, socarrona. —Necesitabas un delincuente para tener gallardía.

—Él se fue, déjalo en paz.

—No he olvidado nuestra amenazante charla— trago grueso. —Y por lo que me informaron, no está tan lejos.

Lilian niega. No quiero mostrar sorpresa, pero estoy tan ansiosa por oírla. Muerdo mi lengua para no demostrar lo que eso provoca en mí.

—No podrás con él— no hay forma en que salga tan perjudicado solo por una fotografía.

LO QUE NUNCA TE DIJE [AMORES #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora