CAPÍTULO 25

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Harriet

Me mantengo detrás de un perchero lleno de trajes confeccionados para ser presentados, guardo mi distancia viendo como un grupo de chicos hace fila para salir. Entre el número quince se encuentran los cuatro que si conozco.

Ryan es maquillado por una profesional, es paciente y se ve relajado cuando están colocando producto sobre su rostro. Si me preguntan no sé que ocurrió hace un rato, pero algo paso cuando lo vi directamente a los ojos. Solo por un minuto creí que me llenaba de recuerdos de alguien más.

Pero él no es Nate. Su cabello puede ser castaño, pero no tiene su forma, y sus ojos pueden ser bonitos, pero no son verdes.

—Entramos en dos minutos— escucho gritar a Ceci tapando el pequeño micro que sujeta su cabeza.

Los modelos se enderezan y miran hacia el vano cubierto de una tela que los llevara al exterior. Me basta voltear solo un poco para ver a Caleb entre ellos, la diferencia es que él me mira a mí.

Sonrío dudando en el tiempo que me ha estado viendo. Salgo de mi escondite y me acerco a Ceci viendo como la maquilladora pasa a acercarse al tatuado. Caleb aprieta los ojos al sentir la brocha en su piel.

—¿Todo está en orden?

—Sí. Aunque ahora se viene el momento tenso.

Claro que lo sé.

La música se reproduce con una melodía bastante activada, la tela que cae es levantada por cada lado, el primer modelo ingresa y el segundo espera un intervalo de tiempo que le indica el staff.

—Es suficiente.

—Pero me falta...— escucho desde la parte de atrás.

Sé de quienes se trata y por eso me desplazo hacia ellos buscando el problema. Caleb sostiene la muñeca de la maquilladora.

No necesito preguntar qué ocurre, es evidente.

—Déjala terminar su trabajo— dice Justin.

—Pero ya me coloco eso en todo la cara.

—¿Qué es lo que falta?— pregunto ignorando los ojos marrones de Ryan desde un costado.

—Sellar— dice la joven maquilladora.

Miro a Caleb quien me mira con un cutis perfectamente liso, sin exagerar.

—Yo lo haré— me coloco en su antiguo lugar.

Ella se aleja, no estará acostumbrada a que sus modelos se nieguen a quedarse quietos, toma el resto de sus materiales y va directo a otro grupo de modelos.

—Puedes...— indico a Caleb notando la diferencia de altura.

Tenemos poco tiempo.

Caleb sonríe sin hacer comentario que pueda ponerme de color de un tomate. Cierra los ojos cuando deja que pase un poco de polvo sobre él. Aún siento la mirada de alguien y aunque creo saber de quién se trata me mantengo en el chico que tengo frente a mí.

—La brocha pica— comenta Caleb, aun con los ojos cerrados.

—¿Ese era el problema?— sonrío mientras sigo dando toques con la almohadilla.

—No— abre los ojos. —il problema era che eri molto lontano da me— <El problema era que estabas muy lejos de mí>

Esos grisáceos que han aprendido a silenciarme destellan de una manera que provocan que mi corazón se acelere. Sin permiso o aviso estampa sus labios sobre los míos. ¿Tiempo? No estoy segura si un minuto o segundos, pero pasa un tanto cuando alguien habla.

LO QUE NUNCA TE DIJE [AMORES #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora