CAPÍTULO 19

6.8K 445 187
                                    

Caleb

La puerta se sacude con fuerza.

—¿Qué haces?— escucho del otro lado.

—¿Qué parece?

—Es obvio que hay alguien adentro— silencio. —Disculpe podría...

No tiene que terminar de decirlo, golpeo el pequeño frasco en forma de tubo por donde vino.

—Oye. Tiene botas... ¡Es un chico!

Que inteligentes.

Nunca antes he sido identificado por mi calzado.

—¡Abre! Ya sabemos que estás ahí.

No me digan. ¿Se los dijo la puerta cerrada o mis pies?

—¡Que abras!— golpean la puerta.

Qué escandalosas.

Yo le dije a la loca que no debía dejarme aquí.

—Llamemos a seguridad...

Eso no.

Abro la puerta de un tirón. El par de amigas quedan en silencio. Son niñas llevando mucho maquillaje.

Y ahora no hablan.

—Es el baño de mujeres— dice una de ellas, la que me mira despectiva con una coleta alta. Su amiga le da un leve golpe en el brazo.

—Lo que quiere decir es que — enfoco mi atención a la que tiene el cabello suelto y flequillo. —Nos asustaste, creímos que eras un pervertido, pero claramente no lo eres...

—¿Cómo lo sabes?— pregunto con curiosidad.

Ella disuelve su sonrisa y la vuelve a formar cuando vuelve a abrir la boca.

—Solo lo sé...

¿Qué les enseñan ahora en el colegio?

—¡Jess!— chilla su amiga como reprimenda. —No lo conoces...

Sensata. —Ella tiene razón— escucha a tu amiga.

Pero no lo hace pues termina siendo ignorada por completo. —¿Viniste solo?

Noto como mi brazo es toda una obra de arte para ella.

—No— doy un paso a un lado y ella me imita impidiendo que de otro paso.

Busco entender su acción, su amiga rueda los ojos como cansada de esto.

—¿Qué?— está invadiendo mi espacio personal. —Podrías...

Elevo las manos con el propósito de alejarla pero no estoy seguro que tan buena idea sea tocarla. Estoy seguro que es menor y yo estoy en el baño incorrecto.

—No te vi allá. ¿Estás desde hace mucho?

Tal vez porque estaba aquí, manoseando a mi novia.

— ¿Cómo te llamas?

Tantas preguntas

—Me están...

La puerta se abre. Estoy seguro que voy a ser echado del restaurante cuando veo de quien se trata.

Harriet me ve y ellas giran a hacerlo también. No es que sea apropósito pero atino a meter las manos en los bolsillos y sonreír con inocencia. Yo no hice nada.

Y no la toque. Que bien.

—Aquí estás— dice ella luego de analizar la situación.

Mi sonrisa crece al tiempo que se acerca. La invasora da un paso para atrás y se cruza de brazos.

LO QUE NUNCA TE DIJE [AMORES #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora