CAPÍTULO 24

4.5K 359 74
                                    

Harriet

—Hola Nate.

Bajo el mentón para ver la losa que lleva grabado su nombre. Es mi primera visita, aún se siente irreal no poder ver su rostro, tener que venir hasta aquí para encontrarme solo con una lápida.

Suspiro y dejo que la brisa mueva mi cabello junto a varias hojas de tonos amarillos que se encuentran sobre el verdoso césped.

—Estoy organizando un desfile de moda— suelto volviendo a leer su nombre. —Es de Lilian... la bruja, como tú solías llamarla— sonrío haciendo presión con mi labio. —Es hoy y creo que voy a arruinarlo.

Iba de camino al local donde va a realizarse el desfile cuando recibí dos mensajes seguidos. Uno era de Lilian, y el otro era de su abogada.

No estropees nada.

Es el último día para presentar la lista con las personas con testimonios para el juicio final. ¿No colocaré su nombre?

Cuando los leí no pude seguir conduciendo hacia allá. Necesitaba tiempo para pensar y entonces pensé en venir.

—Esta es la parte donde tú dirías que no lo haré— eso diría él. —Que confíe en mí, como siempre lo hacías— una lágrima cae por mi mejilla y oculto mi rostro viendo hacia abajo. —También está el juicio y no sé si debo ayudarla después de todo. ¿Qué debería hacer? Nonna dijo que yo sabría que hacer, pero... no lo sé.

Cuanta falta me haces Nate.

Si tan solo pudiéramos tener más tiempo.

Si hubiéramos tenido un poco más de tiempo.

—No sé que hubiera dicho mi hijo— la voz de Beatriz casi me causa un infarto. Mi pecho bombea con fuerza al voltear a verla. Ella está quitándose los guantes y pasa a dejar un racimo de flores de colores. —¿Es tuya?— pregunta viendo la rosa blanca que he comprado cerca del cementerio.

—Sí.

—¿Por qué una rosa?

—Él me compraba rosas. Me recuerdan a él.

Beatriz se pone de pie tras acomodarlas. —No lo sabía— dice mirando la lapida. —Hay muchas cosas que no sabía de mi hijo— eso me causa tristeza. —Pero si hay algo que si sé, es que él no me guardo resentimiento, incluso habiéndole hecho daño.

Los ojos de Beatriz penetran los míos con un brillo particular, no hay una sonrisa o una mueca.

Nate perdono a sus padres aun estando en sus minutos de agonía, sabiendo la verdad no dejo de pensar en ellos. Si fuera Beatriz quien estuviera en problemas legales estoy segura que él haría de todo para ayudarla.

—¿Crees que eso te ayude?— me pregunta.

—Sí— mucho. —Gracias.

—Harriet, como madres también nos equivocamos. Espero que Lilian sepa darse cuenta y no sea demasiado tarde.

Aunque aprecio mucho lo que dice, dudo que mi madre sea capas de darme la razón. Pero no por eso voy a dejarla sola.

—Gregory esta...

—Está tomando su tiempo de luto de la forma errónea.

Es extraño ver a la mujer seria y firme de antes ahora convertida en una apacible.

—Me estoy encargando.

Asiento muy poco convencida. Aun así, creo que es tiempo de irme, ella debe querer estar a solas con su hijo.

LO QUE NUNCA TE DIJE [AMORES #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora