LO QUE NUNCA TE DIJE [AMORES #2]

CAPÍTULO 37

Harriet

El sonido del disparo ha apagado todo buen juicio de mi cerebro. Ryan gruñe recostado en el suelo y el cuerpo apoyado en la pared junto a la ventana, la bala le ha dado en su fémur derecho, una mancha que se extiende en su pantalón como un gran círculo. La gata sigue en su jaula y parece haber entendido que no debe hacer ruido.

—¿Crees que no sé donde están?— la voz burlona de Matt me causa miedo por lo que pueda hacer. —Que las tienes ocultas en el norte de la ciudad.

—Loca...— susurra Caleb.

No me he dado cuenta que avance hasta la mitad de la habitación, Caleb me devuelve a mi lugar, detrás de él.

Abajo se escucha como pasos se tropiezan como un rodeo o una carrera por salir de la casa. Mis ojos caen en el pelinegro, no podemos irnos. Ryan necesita ayuda.

—Si las tocas— lo amenaza con dificultad. —Juro que te mataré...

Matt se inclina hacia él, expulsa el humo en su rostro. —Inténtalo.

—¡Harriet!— el llamado de Sky interrumpe desde el corredor detrás de la puerta.

Es el mismo momento donde sincronizamos para voltear a ver de donde viene su voz. El pestillo de la puerta se agita pero no se abre cuando la intenta abrir.

Matt me toma del brazo al mismo tiempo que Caleb me toma del otro.

—Suéltala— le dice el tatuado.

—Has olvidado algo— dice con completa seriedad Matt. El arma es alzada hasta la altura de su pecho.

Horrorizada de saber que apunta a Caleb tiemblo con pánico.

—¡Harriet!— la puerta retumba desde el otro lado.

—Si ella entra se muere— susurra Matt en mi oído.

Las lágrimas se acumulan en mis ojos por oírlo tan fríamente. La idea de perder a Sky o Caleb hace que se me congele la lengua.

La puerta empieza a recibir unos golpes más fuertes lo que me hace pensar que se trata de Justin. Lo confirmo cuando escucho su voz pidiendo que se mueva para derribarla.

—Diles que se detengan— pero el miedo me ha dejado sin habla.

Caleb lo nota y estoy segura que Matt también.

Cuando la puerta vuelve a vibrar Matt aparta su arma del pecho de Caleb y cambia de dirección hacia la madera que nos separa de mis amigos. Es rápido que ni lo duda cuando jala el gatillo.

—¡Ah!— un quejido acompañado de silencio nos deja inmóvil.

—Ahora todos quieren ser héroes.

—¡Justin!— grita la inconfundible voz de Sky.

Mi brazo duele cuando Matt evita que corra tras ellos.

—La estas lastimando— acusa Caleb.

—Por favor— suplico ignorando sus dedos clavados en mi piel rojiza. —Déjame saber si están bien.

Su respiración pesada y fuerte mueve mi cabello trasero de la cabeza, puedo sentirlo como el molesto olor a tabaco que desprende su ropa. Al menos ha botado el cigarro.

—Harriet, Harriet...— el sollozo que oigo incrementa mi agobio y exasperación.

—Estoy aquí— digo sin poder verla.

Me aterra las diferentes imágenes que puede haber afuera. Mi gran imaginación me da las peores escenas, Justin no respondiendo, ensangrentado y Sky a su lado. Niego quitando esa imagen.