CAPÍTULO 28

4.3K 359 107
                                    

Caleb

—Gracias, por tan sabrosa comida— agradece el chico de las computadoras.

—Eres un devorador, de verdad— articula Nina.

—Al menos yo no tengo crema en la cara— elevo una ceja, la ayuda a limpiarse.

La mayoría ya está terminando, luego del momento de recordar a Nathaniel Archer la conversación fluyo sin forzarla demasiado. Excepto con la pareja que parece con problemas, están muy callados como si prefieren mantenerse al margen. Amber da una mirada a lo que sucede a su lado, pero decide voltear cuando nota que la estoy viendo.

Sigo recorriendo los sitios hasta el plato de Harriet, queda casi limpio. Y digo casi por qué lo que deja únicamente son pedazos de aceituna de su ensalada griega.

—Supongo que es lo que me has dejado— digo tomando una de su plato.

Ella me sonríe. Siempre puedo ayudarla.

—¿Alguien quiere ir a pasar el rato en el lago?— pregunta Archie.

Cada cabeza gira hacia la fuente de agua azulada verdosa.

—¿Para qué iba a querer ir a un pozo con agua?— Nina y su mal genio se gana la suspicaz mirada de la anfitriona.

—¿No estabas buscando señal?— pregunta Justin. Para Nina eso es el billete del millón.

—¿En el lago hay señal?

—Si alzas el teléfono lo suficiente, a veces aparece una o dos barras.

Nina se levanta tan rápido que no mide sus movimientos cuando choca con la mesa, las cosas se remueven pero nada cae.

—¡Cuidado!— recrimina la amiga de mi chica.

Nina no le da importancia. Ella está preocupada por su trabajo.

—Te ayudaré a levantar— se ofrece la pequeña cumpleañera.

—No, no. Yo me encargo, ustedes deberían ir a hacer lo suyo.

Amber se levanta viendo la situación. —Yo la ayudaré.

—Pero...

—Vayan ya. Yo me encargo— insiste para nosotros.

—¿Pero por qué no puedo ayudar?

Conociendo a Sky dudo que la convenza de ayudarla. Justin me hace un gesto de hacer algo. Entonces lo recuerdo, hay cosas que no quieren que vea.

—¿Quieres ir al lago?— pregunto sin qué se me ocurra algo más.

—¿Ahora?— yo tampoco quiero, pero es necesario para que se distraiga lo suficiente para que los otros tomen las cosas y empiecen a alejarse. —Estoy llena de arena.

—¿Vamos a la cabaña?— sugiero como la mejor opción.

Ella me da la afirmación con la cabeza. Justin me levanta el pulgar cuando nota que nos iremos hacia las cabañas. Al estar dentro, reviso que lo que he ocultado siga en su lugar, falta muy poco para darle su obsequio. Tengo entendido que sucederá por la noche, junto a todos los demás.

—¿No vienes?— interroga desde la puerta del baño.

Una idea completamente impura viene a mi mente al verla de pie bajo el marco de la puerta.

—¿Me estás proponiendo algo?— cuestiono acercándome a pasos lentos.

Ella retrocede con cada paso de que doy, hasta que ya no puede hacerlo más, el lavamanos se lo impide dejándome muy cerca.

LO QUE NUNCA TE DIJE [AMORES #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora