CAPÍTULO 20

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Caleb

—Duele— dice cerrando sus piernas frente a mí.

Su piel desnuda está alumbrada solo por la luz de la noche que ingresa por la ventana de mi habitación.

Tengo la respiración acelerada y el palpitante dolorosa sensación de mi entrepierna. Se que debo detenerme para pensar en ella.

—Es el tiempo— no hemos estado juntos desde hace mucho.

Y pensarlo hace que cierta parte de mí se hinche con los recuerdos.

Auch.

—¿Me he....— elevó una ceja intentando averiguar que quiere decir.

—¿Cerrado?— sonrió. —No, pero por el tiempo que no he...

¿Cómo puedo estar hablando cuando tengo sus senos a la vista?

Harriet desvía su curiosidad y con sus manos intenta ocultar lo innecesario. Ya es tarde, mis ojos pueden estar brillando como dso faros.

—¿Qué estaba diciendo?

Ella ruboriza sus mejillas y pronto sé que es probable que quiere irse por no sentirte cómoda. No puedo evitar que eso provoque un calorcito por dentro.

—Ven— tomo su muñeca.

Tiro de su cuerpo hacia arriba y caigo sobre la cama justo como ella estaba segundos antes. Ya no hay ropa que se interponga, esto es cuerpo con cuerpo.

—¿Qué haces?— pregunta sentada encima de mí. 

Sus manos buscan y tiran de la sabana de un lado de mi cabeza, oculta su pecho desnudo.

—Es tu lección— digo sosteniendo sus caderas.

Ella sostiene mi mirada, tímida y cohibida. Si no veo su cuerpo no se avergonzará.

Pero como puedo evitar ver esas curvas. Es jodidamente perfecta.

—Yo no haré nada— digo soltándola y elevando los brazos por encima de mi cabeza.

—Caleb— dice dejando sus manos sobre mi estómago.

Está bien, ayudaré un poco. Elevo un poco la cadera. Mi movimiento tiene efecto pues veo como abre los ojos al sentir nuestras partes correctas apretarse contra sí.

—No hagas eso— reclama.

—¿Qué? ¿Esto?— repito.

Sus uñas se cierran bajo mi piel provocando un dolor que se vuelve placentera con verla.

—¿Te gusta?— pregunto aprovechando en ver esos redondos senos.

Mi loca enfría su semblante, se contiene y aunque sé que no quiere verse tensa es como está en este instante. 

Tensa y sexy.

—Pazzo— cojo de sus caderas. —provalo— <intentalo>

Ella me mira directamente a los ojos. Quiero descifrar sus pensamientos y saber si quiere esto tanto como yo, quizá deba detenerme y esperar. En vez de eso observo como sus ojos ven su propio cuerpo pegado al mío.

—Guardami— <mírame>

Se le ilumina la cara, hay una extraña mezcla de miedo y  nerviosismo. Entonces lo hace. Sus caderas hacen un leve pero endemoniado movimiento hacia adelante que hace que se me corte la respiración en un primer segundo. El segundo es lo suficiente bueno como para dejarme tomar un respiro pequeño de aire.

Y ni siquiera estoy dentro de ella.

La escucho gemir. Sus dientes muerden su labio inferior lo que provoca que mi miembro insista en continuar por un solo camino, anhelando sentirla por dentro.

LO QUE NUNCA TE DIJE [AMORES #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora