CAPÍTULO 14

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Harriet

Cuando uno duerme siempre espera silencio, un buen lugar donde colocar la cabeza y mejilla pueden hacer placentero el sueño. Pero cuando algo cruje y vuelve a crujir es imposible no abrir los ojos.

—Era tempo. <Era hora>

Nina está parada a unos tres metros de mí, tiene un tazón de blanco y una cuchara que lleva a su boca. El crujido continúa con su boca moviéndose.

Presiono mis parpados sintiendo mi mejilla subir y bajar a un ritmo constante. Estoy sobre el pecho de Caleb, acurrucada en el pequeño sofá. Nos quedamos dormidos.

—Buenos días— siento mi cuello adolorido.

—Se hace tarde— pasa de frente. —Despiértalo.

Pongo fuerza en mis brazos para levantarme. No logro hacerlo porque algo vuelve a sujetarme.

—Caleb...— está despierto.

—Quédate así un rato más.

Sonrío regresando mi cabeza a su sitio, mi mano también queda encima de sus pectorales.

—¿Hace cuanto estás despierto?

—Como una hora— me muevo acomodándome para verlo. Tiene los ojos cerrados.

—Debiste levantarme.

Sus parpados se alzan dejándome ver sus iris, grises.

—¿Y perderme este momento?— sonríe. —Es bueno despertar así de nuevo.

Suelto el aire, él consigue quitármelo.

—Oigan— me sobresalto. —¿Irán a clases o no?

—Si— me pongo de pie. Veo la hora de mi teléfono. —Llegaré tarde.

Alarmada veo como Caleb se sienta y estira el cuello y los hombros.

—Llegaremos.

—¿Qué?— cuestiono.

—Si recuerdo bien— se alza. —Llevamos la clase juntos.

—Pero...— lo sabía. Estaba casi segura que él tenía que llevar esa clase.

—Tenía que llevar algo contigo— me sujeta de la cadera con una mano. —¿Lo has olvidado? Aceptaste ser mi compañera.

Mi quijada se alza con sus dedos acariciando mi mentón.

—Vamos a graduarnos juntos, loca.

Mi sonrisa no puede ser más grande. Caleb toma mete los dedos por detrás de mi cuello, cierro los ojos y fortalezco las piernas ante su delicado tacto.

—Noticias, eso no va a pasar si no se mueven— Nina pincha la burbuja en el que nos hemos envuelto

Él hace que me olvide de todo lo demás.

—Ella tiene razón— vuelvo a mis sentidos.

Caleb asiente, de acuerdo conmigo. —Voy a vestirme.

—Y yo al baño— comunico antes de intentar dirigirme miro perdida el lugar.

—Segunda puerta de la derecha. Hay un cepillo de dientes detrás del espejo— me indica Nina antes de entrar en una habitación.

Caleb ingresa a la siguiente puerta de la Nina. —Pazzo— saca la cabeza de su puerta. —Buongiorno.

Los pliegues de mi labio se elevan. —Buenos días.

El tiempo pasa y hago todo lo que pueda con mi rostro y cabello con agua y jabón, no tengo tiempo para correr a mi propio baño, por lo que tengo que conformarme con algo mas natural para el día de hoy. No pasan ni diez minutos desde que abrí los ojos cuando los tres salimos del departamento de prisa. Mi auto sigue en un lado de la acera.

LO QUE NUNCA TE DIJE [AMORES #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora