Capítulo 4. Está demasiado buena para ser virgen.

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Día 6. Tren de las 06:22

Luisita entró en el tren ese sábado por la mañana esperando con todas sus fuerzas que Amelia Ledesma trabajase, como ella, el sábado. Le había dado vueltas toda la noche a esa palabra, "Nunca".

Ella no podría ser virgen, no una mujer como ella, no con todo ese magnetismo sexual que expelía.

La joven se sorprendió al estar pensando en eso, ¿desde cuándo el magnetismo sexual de una mujer le saltaba a los ojos de esa manera?

En cuanto entró, la localizó y suspiró de alivio corriendo a su encuentro.

—No, pero, ¿cómo que nunca? —dijo Luisita apenas sentada al lado de la morena.

—Buenos días Señorita Gómez.

—Sí, buenos días, ¿cómo que nunca? —repitió rápidamente.

—¿Trabaja un sábado? —preguntó ella para seguir divirtiéndose.

—Sí, todos los sábados y un lunes cada dos, pero ese no es el tema, ¿cómo que nunca?

—Oh, yo es raro que trabaje los sábados, pero tengo un concierto la semana que viene, así que tengo que ponerme en ello en serio.

—Amelia, francamente estaré feliz de hablar de su concierto, le confieso que me interesa, y mucho, sinceramente. Pero ahora en este momento, NECESITO que hablemos de su "Nunca" de ayer. ¿Qué quiso decir con eso?

—Nunca significa nunca —dijo la morena con el mismo tono.

—Espere, no es posible que una mujer como usted no haya tenido ningún hombre en su vida. En fin, Amelia, ¿usted se ha mirado? Es un bellezón, una de esas mujeres que solo se ven en las revistas, no es posible que no haya atraído a ningún hombre.

—He atraído a algún hombre, sean solteros o casados, no pueden evitar girar para verme.

—No tiene abuela —dijo sarcásticamente la rubia.

—Ha sido usted quien ha remarcado el hecho de que "soy un bellezón" como usted dice.

—Cuando se es educado no se dice tan abiertamente —dijo divertida la joven.

—Sería hipócrita, sé que estoy buena, tengo un bonito cuerpo, hago mucho deporte para moldearlo, no voy a decir que no me gusta mi físico.

—Por supuesto el razonamiento es lógico —dijo Luisita pensativa —Pero no es el tema —volvió a decir —Si los hombres le bailan alrededor, ¿cómo es que nunca ha tenido relaciones con alguno de ellos? En fin, habla de su cuerpo, pero no es todo, además de tener un físico envidiable, es muy guapa —dijo con un tono de evidencia.

La morena se tensó a su lado y colocó nerviosamente un mechón de su cabello detrás de la oreja. Al principio, Luisita creyó haberla molestado, se esperaba un comentario mordaz destinado a ponerla en su sitio, por eso se sorprendió con su respuesta.

—¿De verdad cree que soy guapa?

La rubia no supo qué responder a eso, pero sus ojos se suavizaron cuando vio la inseguridad que intentaba esconder la morena.

—Por supuesto Amelia, usted es una muy guapa y hermosa mujer. Y eso me devuelve a mi idea, está demasiado buena para ser virgen.

Apesar de todos los esfuerzos que parecía hacer, la morena no pudo controlar un ligero rubor que calmó aclarándose la garganta.

—Usted también es una bella mujer —dijo ella con un tono un poco seco, parecía estar luchando para volver a ponerse su máscara de frialdad de los primeros días.

6:22 Asiento 129Donde viven las historias. Descúbrelo ahora