Capítulo 15. Creo que tengo miedo.

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Día 26 20:00

—Luisi deja el móvil y ven a ayudarme.

La rubia no prestó ninguna atención a su mejor amiga y miró el último mensaje que acaba de recibir de Amelia.


¿Te gustaría de verdad que te enseñara a tocar el piano?




Sí, me gustaría mucho.



Representa mucho para mí, estaría muy feliz.



También me gustaría escucharte tocar otra vez para mí.



—Luisi, si no vienes a ayudarme, te quedas sin postre.

—Un minuto.

—Hace veinte minutos que era un minuto —gruñó la castaña desde la cocina.




Me conmueve mucho, puedes venir cuando quieras al conservatorio y tocaré tantas veces como quieras.




Me siento una privilegiada al ver que solo lo haces por mí.



Deja de hablarme así...




¿Por qué?





Porque ha hecho que mi padre te diga buenos días y te pida que dejes de estampar una sonrisa bobalicona en mi cara .




—María lee esto —dijo la rubia corriendo hacia la cocina.

—Ahora de repente te acuerdas de que estoy aquí.

—Oh, deja de refunfuñar y lee.

—¿Qué es lo que te dice la gran pianista con quien estás de pareja?

—No te burles María.

—No me burlo, estabas toda alterada a causa de esa "formación de pareja oficial", es mono, es raro en ti.

—Calla y lee —dijo ella pegándole el móvil a la nariz.

La joven obedeció y a su vez rio.

—Así que ha hablado a sus padres de ti, a su padre al menos, entonces es muy serio.

Luisita se sintió palidecer instantáneamente al escuchar eso.

—No te estreses Luisi —dijo su amiga al verla descomponerse —¿No era lo que querías?

—Sí, sí, por supuesto.

La rubia se sentó en uno de los altos taburetes de la barra donde la castaña estaba cocinando. Respondió rápidamente antes de echarse sobre el mostrador.




Salúdalo de mi parte también.

Y si mi objetivo es hacerte sonreír, ¿puedo continuar?




Sí...

Aunque el simple hecho de pensar en ti ya me hace sonreír.




6:22 Asiento 129Donde viven las historias. Descúbrelo ahora