Scarlett
—¿Estas lista? —pregunto Elizabeth, antes de que entráramos a la sala.
—Si, siempre lo estoy
No, no lo estoy. Eso era lo que yo quería decir, no lo que me obligaban a decir, casi que, por inercia, mi mente ya tenía una exacta programación, no era nada placentera, claro que no. No estaba lista para verla luego de lo que yo había causado...no yo, eso que trataba de manipularme siempre, aquella cosa que era como mi segunda piel, como otra personalidad, como alguien más dentro de mí. El momento donde había clavado mi mano en su abdomen, donde por suerte me salvo y no logre atravesarla por completo, aun así, el daño estaba hecho, un daño serio. Los médicos decían que estaba viva de milagro, que si tenía mucha suerte se recuperaría. La única ventaja de tal situación era que no podían inyectarle el suero, los efectos secundaros del mismo harían colapsar su sistema, la matarían a los minutos. Mi mente aun recordaba lo que eran eses efectos, desmayos ocasionales, mareos continuos, lagunas mentales y a dolores musculares, esa era la corta lista de las cosas que me habían sucedido. Luego de que me inyectaran por cuatro años, los efectos iban desapareciendo, se reemplazaban por daños colaterales permanentes.
El olor que desprendía la sala donde estábamos me logro marear, se sentía como un verdadero hospital, bueno, casi lo era. Quise sostenerme de un muro para no caerme, pero si quiera eso me permitían ¿Por qué debía ser todo tan inhumano? Era la gran pregunta que tenía hacia años, ¿Por qué razón siendo humanos debían ser tan inhumanas? Algo de eso me frustraría siempre, me molestaría en gran parte dentro de mí. No tener el control de tu propio cuerpo, el de tu mente, el de tus acciones, todo ese te corrompía, te cambiaba, te hacia diferente. Las cosas iban empeorando, no hacía poco había escuchado que los habían logrado capturar a todos...finalmente mi madre estaba lográndolo todo, estaba a punto de conseguir no solo el poder de Ohio, sino el de todas las mafias que controlaban gran parte del país, ciudades en las que agentes trabajaban para todos. Algo en mi interior hizo que volviera a centrarme en la misión, algo...o alguien. Cuando me fije en lo que pasaba jure que podría haber quedado boquiabierta, estaban todos ahí, hasta ella...mi amada diosa.
—Scarlett, ¿podrías verificar los signos vitales de todos?
—Claro, inmediatamente
No, eso no debía pasar, no y no. Mis manos tomaron la planilla que Elizabeth acababa de extenderme, era un movimiento que no podría evitar. Tome una larga bocanada de aire ingresando al área de "transformación" mi último recuerdo de ese lugar había sido a los catorce años, ese dia tendría la última dosis, la que definiría el resto de mi vida. Eso había cambiado, la dosis se había vuelto como una vacuna, única. El proceso mental era con una sola maniobra, se había vuelto tan fácil todo, tan...macabro. La primera en mirarme fue Camil, su mirada no irradiaba nada, era tan fría que en sus ojos podía ver mi destino, cruel y vacío. Junto a ella reposaba Jeyron quien mostraba indiferencia, aunque podía notar con claridad la preocupación que tenía por Valerie. Junto a ambos Saint descansaba Justin, quien me miraba más que nada con decepción, de alguna manera llego a tocar las fibras de mi corazón, algo ahí palpito, lo que despareció como se vino. Finalmente...ella...la única que movía de cualquier manera mi corazón, estaba a punto de acércame cuando Elizabeth me quito de un empujón haciéndome tropezar.
—Y a ti ¿Qué mierda te pasa?
—Nada, solo que yo me encargare de ella
—Me mandaste a mi
—Basta, vuelve ahí arriba y prepara el suero
Ahí estaba, ella también sabia como usarlo. Como si de un robot se tratara, me levante sin decir nada, sin si quiera reprochar, caminando al área de preparación, miraba el contenido de las bolsas con preocupación, no quería que esto ocurriera, no debían de sufrir...no debía de pasar por lo que yo había vivido la mayoría de mi vida, por lo que yo pasaba casi a diario. Mis manos temblaron, quería, con todas mis fuerzas mi mente gritaba que estaba haciendo todo mal, mi corazón gritaba que, si lo hacía, estaría condenando el destino de todos, de una ciudad, de mi amada, de aquellos que me quedaban como familia...y ahí lo recordé, por primera vez, por primera vez el suero no pudo detenerme.
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Phycothic Teens 2: The New Game
РазноеAmigos, que dieron todo, que se mantuvieron juntos hasta el final, pero... ¿vencerán esta nueva amenaza? Aquella completamente inesperada, aquella que jugaba en las sombras, ocultando su verdad. Adentrate, ahora estos chicos tendrán que unir todas s...