Ellos dos... ¡No!

2K 76 5
                                    


Ellos dos... ¡No!





Harry y Remus habían tenido grandes esperanzas para que esa noche fuese el inicio de una vida como la que siempre soñaron, pero de pronto todo cambió, la noticia había caído en ellos como un terremoto que en sólo unos segundos destruía todos los sueños. No podían decir nada, sus rostros permanecían inexpresivos, aunque si alguien llegaba a fijarse bien, podían notar que ambos compartían algo en común... aquella pulsación acelerada en las arterias de su cuello. A veces parpadeaban, casi de manera sincronizada el uno con el otro.


— No... no lo creo. —murmuró Remus tan bajito que sólo Harry, quien estaba a su lado, alcanzó a escucharlo pero no dijo nada.


Frente a ellos, en la cocina de Grimauld Place, tenían la imagen que jamás esperaron ver, era imposible... una pesadilla convertida en realidad, un mundo alterno fugado en el suyo, lo peor que podía suceder. Broma no era, ya habían rogado mentalmente por eso, pero quienes tenían enfrente jamás se unirían en una broma en su contra.


— Sé que les parecerá extraño. —dijo Sirius tomando de la mano a su compañero—. Pero es nuestra decisión, lo hemos estado pensando mucho y no tenemos ninguna duda... queremos estar juntos.

— Pero... ¿porqué con él? —se atrevió a preguntar Remus.

— ¿Y porqué no? —cuestionó el otro hombre con su voz fríamente aburrida.


Harry fijó su mirada en ese hombre, en realidad casi todo el tiempo lo había estado viendo a él, y tenía muchas respuestas para esa pregunta, pero la más importante no se atrevía a decirla... lo único que quería en ese momento era que alguien le despertara y poder reírse de lo que se le ocurría soñar.


— ¡Porque se odian! —exclamó Remus poniéndose de pie—. ¡Porque desde que éramos unos adolescentes se han vivido peleando, Snape, no puedes pretender que ahora creamos que se han enamorado de la noche a la mañana!... ¡Eso no puede ser!

— Pues lo es, Remus. —respondió Sirius sonriendo nervioso—. Bueno, no tan de la noche a la mañana, en realidad costó algunos rasguños y maldiciones, pero desde hace tiempo que nos hemos dado cuenta que...

— ¡No me interesa escucharlo! —le interrumpió Remus agitado.

— ¿Qué pasa, amigo?... creí que estarías contento con nosotros, siempre has sido el más maduro de todos y has sabido conciliar cuando discutimos. Pensé que te agradaría saber que eso se acabó, que Severus y yo ya no peleamos, bueno, no como antes. —agregó mirando a su pareja pícaramente mientras el ojinegro sólo intentaba no decir lo que realmente pensaba de esa reunión.


Remus volvió a sentarse comprendiendo lo impulsivo que había sido y él no era así, pero no podía evitarlo... le resultaba imposible escuchar que dos grandes enemigos de toda la vida como Severus Snape y Sirius Black ahora decían que se amaban y vivirían juntos... ¿desde cuándo el mundo se había puesto de cabeza? Habría pensado mucho más factible de Voldemort y Dumbledore terminaran retozando juntos como un par de gatitos, ¡pero no Sirius y Snape!


— ¿Tú no dices nada, Harry? —preguntó Sirius.


Harry dejó de mirar a su ex profesor por unos segundos para enfocar su mirada en su padrino, pero no pudo responder ni una palabra, en cuanto sus labios se abrieron supo que diría algo de lo que probablemente se arrepentiría toda la vida y prefirió salir de la cocina en completo silencio.


Sirius intentó ir tras de él, le quería mucho y no soportaba saberlo molesto, pero al sentir la mano de Severus deteniéndole se olvidó de sus intenciones y permaneció a su lado sonriéndole nervioso ante la mirada angustiada de Remus.


— ¿Vas a apoyarnos? —preguntó a su amigo.

— Parece que ya lo tienen todo muy decidido... no hay nada más que decir.


Remus se puso de pie y salió dejando a Sirius completamente abatido por no haber conseguido que ninguno de los dos llegara a entenderle. Severus pareció comprender lo que pasaba a su amante y le abrazó cariñoso.


— No dejes que te impresionen, ellos finalmente tendrán que entenderlo... personalmente me tiene sin cuidado si lo aceptan o no, ya esperaba que reaccionaran tan infantilmente, ambos son así, pero no vamos a cambiar nuestra decisión por lo que digan, ¿verdad?

— No... claro que no. —respondió esforzándose por sonreír—. Desde que supe que lo que sentía por ti no era odio, ya no pienso permitir que nada nos aleje, Severus, pero de todos modos... Remus es mi mejor amigo y Harry mi ahijado, me importa lo que piensen y no quiero que se alejen de mí.

— Bien, démosle tiempo... después de todo, jamás se imaginaron que desde que regresaste del velo estamos juntos, con el paso de los días deberán ir haciéndose a la idea.


Sirius asintió con más tranquilidad ante las palabras de Severus y dulcemente le dio un beso en los labios para agradecerle por estar con él, sobretodo sabiendo que a Severus poco le importaban ni Remus ni Harry, y aun así, aceptó acompañarlo al momento de confesarles su relación.



Prisionero de tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora