Capítulo 8: Es solo enfrentarse a la escuela... Y algo más.

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Martes 01 de noviembre, 09:40 AM. Preparatoria Itan.

La maestra Miwa Omojiri estaba preparando su siguiente clase para el salón 3-1 en la sala de profesores. En la sala los profesores estaban conversando tranquilamente, otros estaban jugando en sus notebooks en lo que les quedaba de receso, y otros, simplemente, estaban esperando a que la campana suene para volver a sus respectivas clases.

A pesar del calmado ambiente que había en la habitación, Miwa estaba preocupada; notó que algo no estaba bien. Todo ese silencio que reinaba en los pasillos no era normal.

—O-Oigan todos, ¿Notaron que hay DEMASIADO silencio a pesar de ser el receso?

—Pues sí, aunque la verdad no me molesta. Ya tuve suficiente de estos chicos. —Dijo uno de los profesores exhausto.

—Pero si recién va a empezar el segundo bloque... —Respondió Omojiri un poco preocupada.

—En todo caso, ¿Por qué se está preocupando tanto, profesora Omojiri? Para mí es todo un alivio tener un poco de silencio en esta escuela. Todo el mundo es muy enérgico aquí.

—«Es precisamente eso lo que me preocupa...» —Se dijo a sí misma.

Al mismo tiempo en el salón de la clase 3-1

—¿¡U-U-Un trabajito!? ¿¡A qué te refieres con eso!?

—Pues, resulta que antes de llegar fui a la biblioteca a imprimir una foto. —Kishi se acercó a su bolso para sacar una hoja con la cara de Tadano impresa en ella. —Te pondrás esto en la cara para que te persigan a ti en vez de a Tadano-kun.

Todos los presentes en la sala se quedaron en silencio.

—Es broma ¿verdad? —Preguntó Najimi sin ánimos de ofender.

—¿De verdad crees que la gente me confundirá con Tadano-kun si me pongo esto en la cara? —Preguntó el ninja también.

—Jum, sé que creen que esto es una estupidez, pero confíen en mí, funcionará. —La chica levantó su pulgar para demostrar confianza.

—Y... ¿Entonces que es lo que tengo que hacer?

—Es simple, saldrás a los pasillos y serás la carnada. Cuando los estudiantes te estén siguiendo, empezarás a correr hasta que empiecen las clases, entonces todo volverá a la normalidad.

—Qué plan tan mierda... —Rumiko, Najimi y Shinobino se sincronizaron para decir esto.

—«¡Lo lamento Kishi-san, pero es la verdad!» —Tadano se guardó su opinión para no echar más sal a la herida.

—Díganme... ¿Quién es la que enfrenta todos los días a la secta de Komi-san para protegerlos de esas basuras sin moral? —Kishi empezó a caminar lentamente. —¿Quién es la que conoce los peores deseos de sus mentes criminales?

—¡Eres tú, Kishi-san! —Dijeron Rumiko y Najimi con lágrimas en los ojos.

—¿¡De verdad se están emocionando por su discurso!? —Tadano ya no sabía que esperar.

—¿¡Quién se encarga de acabar con el peor bastión de la secta, Ren Yamai!?

—¡¡Eres tú. Kishi-san!! —Ahora Shinobino se les había unido.

—¡Así es! ¡Solo confíen en mí y sal, Shinobino!

—¡De acuerdo, aquí voy! —Shinobino se soltó de sus ataduras y salió al pasillo con la foto en la cara.

—«¿Qué carajos acaba de pasar...?» —Tadano se decantó por solo observar.

Shinobino salió corriendo por la puerta más cercana a los asientos para cumplir con su misión. Hubo un momento silencioso nuevamente, y todos estaban esperando el más mínimo ruido.

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