Me encontraba llorando.

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Yo no había tenido tiempo para llorar la muerte de Mills, lo habían matado por mi culpa, eso no era justo, ni tampoco que hayan encontrado a mi madre por mi culpa, era muy horrible todo aquello que en la ultima semana tuve que vivir, a solo mis 17 años.

Cuando me encontraba corriendo, cruzando una avenida por donde todos los autos pasaban, tome conciencia de lo que hacía, tome conciencia de todo por lo que venía pasando, de todo lo mal que me sentía pero que no me lo permitía, estaba oculto en alguna parte de mi.

Llegue al departamento, estaba todo roto, cabello de mi madre, y pedazos de ropa de mi hermano. No pude con la imagen, junte los cabellos de mi padre y los pedazos de camisa de mi hermano, cai en el suelo y comenze a llorar, a gritar, a golpear cosas, a desesperarme, ahi, supe lo que tenia que hacer, fui a la cocina, tome una cuchilla y comenze a cortar mi brazo, hacía mucho tiempo no lo hacía, ya había olvidado que bien se sentía y que liberador era, creo que iba por el segundo corte, cuando siento unos brazos, todos tatuados con runas, que tomaban mis manos y me hicieron soltar el cuchillo, me dieron vuelta y me pusieron sobre un pecho. Supe quien era, era aquel joven, rubio, tan apuesto que me había salvado del demonio en el callejón, recorde inmediatamente lo que le pasó a Mills por mi culpa, no podría permitir, no me lo perdonaría nunca, que a el, aunque no supiera ni su nombre, le pasara lo mismo.

-ALEJATE DE MI. Dije empujandolo lejos mio y poniendo en alto todo el cuchillo ensangrentado. Tomé conciencia de que los cortes que tenía eran muy profundos y caí al suelo. Luego de eso no recuerdo mas nada.

Narra Luke.

Segui a la chica del callejón, ella no tenia ni idea a quien se estaba enfrentando. Valentine Morgensten, el hombre mas temido de todos los cazadores de sombras, con una mente perversa por la necesidad de herir o asesinar a la gente que no pensara como el. Obviamente era mi obligacion cuidar y proteger a esa chica.

Cuando la encontre estaba en la cocina de su casa, con cabellos y trozos de camisa en su mano cortandose un brazo con una cuchilla, la tome, solto el cuchillo y la hice girar hacia mi pecho para poder abrazarla, y decirle que todo iba a estar bien. Cuando de repente grito, me empujo bruscamente, volviendo a tomar el cuchillo ensangrentado, apuntandome con él mismo, secando sus lagrimas, mire su brazo y estaba sangrando, cuando cayo al suelo y se desmayo, senti que me desmayaba junto a ella, nunca antes había sentido algo asi en mi vida cuando estuve junto alguien. He protegido y cuidado a muchas personas pero por ninguna de ellas sentí lo que siento por esta chica, que ahora que tengo un momento para prestarle atencion, es muy parecida a la hija de la mas respetada cazadora de sombras, la mujer de valentine, Tyresse.

La lleve a su cama, la acomode y puse una venda en sus heridas, las cure.

Hasta que desperto.

Maurice Wayland BellardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora